La Unión Europea, al igual que otros grandes mercados, avanza aceleradamente hacia la electrificación de su parque vehicular y para eso ya acordó que en 2035 se prohibirá la venta de ejemplares nuevos con motores de combustión interna, drástica decisión que forma parte de las acciones dispuestas para detener el calentamiento global.
Mientras eso ocurre, un reporte de la agencia AFP dejó en evidencia como millones de autos antiguos que quedan fuera de las normas de emisiones en estos mercados no son desmantelados, sino que exportados a África donde logran una extensa y muy contaminante segunda vida.
En el reporte se da el caso de Adam Adebiyi, un habitante de Benín, quien compró un Toyota Matrix que ya había recorrido lo equivalente a cuatro vueltas al mundo y que jamás pasaría una inspección en Europa u otro mercado desarrollado.
África es el principal destino de los vehículos usados en el mundo. Más de un cuarto de los coches de segunda mano exportados entre 2015 y 2020, unos 5,6 millones, terminaron precisamente en este continente, según la ONU.
Los coches proceden principalmente de Europa y Japón, y cada vez más de Corea del Sur y Estados Unidos. A menudo se trata de modelos muy viejos y muy contaminantes.
El Toyota Matrix de Adebiyi entró en circulación en 2004 en Canadá. Quince años después fue enviado por barco a Benín, donde lo compró un primer propietario que ahora lo ha vendido a este joven informático, revela el reportaje.
No lejos del puerto de Cotonú, la capital económica de Benín, hay kilómetros y kilómetros de aparcamientos con vehículos de segunda mano a la venta, mayoritariamente procedentes de Europa.
Benín es uno de los cinco principales importadores de vehículos usados en África, según un informe de la ONU publicado a finales de 2021.
Este país del oeste de África solo tiene 11 millones de habitantes, pero es la puerta de entrada a los mercados de Burkina Faso, Níger, Chad y especialmente su enorme vecino Nigeria, la nación más poblada del continente.
Vehículos averiados o sin catalizador
Un informe del Programa de la Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) indicó en 2021 que la mayoría de los vehículos exportados a países en desarrollo son viejos, contaminantes, poco eficientes energéticamente, potencialmente peligrosos y contraproducentes en la reducción de emisiones de carbono.
En una inspección de las autoridades neerlandesas en 2019 en el puerto de Ámsterdam, de donde zarpan barcos con coches hacia África cada semana, los vehículos cargados tenían de media 18 años de antigüedad y un kilometraje superior a 200 mil km.
Algunos de los vehículos estaban averiados y a otros les habían retirado el catalizador, un componente del motor que reduce la emisión de gases tóxicos no carbónicos como el nitrógeno óxido.
Para filtrar estos gases contaminantes, los catalizadores emplean metales como oro, plata, rodio y platino. De ahí que su valor puede superar los 100 dólares, un incentivo para retirarlos y venderlos antes de exportar el coche.
Amen Djidjoho, responsable de un aparcamiento de venta en Benín, resta importancia a estas preocupaciones.
"Todos los vehículos importados vienen con catalizadores porque en Europa y América está estrictamente prohibido sacarlos", asegura.
El también importador Ossama Allouch asegura que los catalizadores suelen ser robados después de la venta o revendidos por los propietarios.
Los protectores del medio ambiente aseguran que la contaminación generada por estos coches viejos es un gran problema, debido a la afición africana por el volante.
Los vehículos antiguos y la pobre calidad del combustible usado en África Occidental son "una de las principales causas del aumento de la contaminación del aire en las ciudades de la región", aseguró PNUMA.
Regular este importante sector de la economía de Benín, generador de muchos empleos, no se antoja tarea fácil.
Los 15 miembros de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) adoptó una directiva en 2020 para introducir combustibles y vehículos más limpios al mercado a partir de enero de 2021. Los que deben cumplir con los requisitos de la categoría Euro 4, es decir, que se hayan matriculado al menos en 2006.
Pero en Benín, está claro que los vehículos vendidos son mucho más antiguos. Contactado en varias ocasiones, el Ministerio de Transportes no respondió a las preguntas de AFP sobre la normativa vigente en el país.