La transición hacia los vehículos eléctricos está en marcha y no son pocas las dificultades que debe enfrentar en este trayecto la industria automotriz y los países que se han comprometido en avanzar con la eliminación de los motores de combustión.
Uno de estos problemas, no menor si se considera que afecta directamente en la decisión del consumidor de escoger una versión cero emisiones, es la falta de una infraestructura de carga adecuada, especialmente en las carreteras, para responder a las necesidades de quienes tienen autos eléctricos y cuya demanda por punto de repostaje va en aumento a medida que se comercializan más unidades con esta tecnología.
Para hacer frente a este problema, los eurodiputados del Parlamento de la Unión Europea aprobaron un proyecto de ley que obliga a los países miembros del bloque a tomar cartas en el asunto e impulsar la instalaciones de estas estaciones.
La iniciativa para la regulación de la infraestructura de carga en los países miembros fue aprobada con un total de 36 votos a favor.
Aunque se trata de un proyecto y aún tiene que ser aprobado en el Parlamento Europeo, indica una nota del sitio Motor.es, los eurodiputados han establecido una hoja de ruta a seguir, con unos objetivos mínimos obligatorios que cada país tendrá que desarrollar y presentar un plan estratégico sobre el despliegue y uso de las electrolineras en el seno de la Comisión de Transporte en 2024.
Entre los puntos que establece la iniciativa está que las principales y grandes carreteras de Europa deberán tener estaciones de recarga para vehículos eléctricos que no pueden estar separadas más allá de 60 kilómetros.
Para el transporte pesado se aplicarán los mismos requisitos, si bien los participantes han solicitado dos puntos de carga para camiones y autobuses en los centros de carga, que deberán estar hábiles en 2028.
La UE también se ha comprometido en desarrollar una aplicación, proyectada para 2027, que estará dedicada a la consulta de disponibilidad de puntos de carga en tiempo real, los tiempos de espera y los precios de la electricidad.
Europa también se ha comprometido con la infraestructura de repostaje de hidrógeno, otra de las tecnologías que va ganando peso frente a las baterías.
Para 2028, los países europeos deberán de contar con “hidrolineras” cada 100 kilómetros en la red principal de carreteras europeas.