Las autoridades de Moscú informaron que para diciembre próximo tienen previsto iniciar la producción de vehículos en la planta que Renault dejó de operar tras la intervención militar de Rusia en Ucrania.
Las instalaciones serán usadas para ensamblar automóviles que saldrán al mercado local bajo la antigua marca de la era soviética Moskvich, proyecto que fue anunciado en mayo pasado por el alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, quien dijo que la idea era recuperar parte de los puestos de trabajo perdidos con el cierre de las instalaciones.
Una vez que se inició el conflicto bélico la planta dejó de operar debido a la falta de suministros como resultado de las sanciones internacionales aplicadas contra el país.
Al poco tiempo, Renault llegó a un acuerdo con el gigante ruso de la industria automotriz Avtovaz para cederle a un precio simbólico su participación en la planta con una opción de seis años para recuperarla. El mismo acuerdo fue anunciado hace unas semanas por Nissan.
"La industria automotriz ha fracasado gravemente este año, pero, sin embargo, espero que podamos lanzar la planta de Moskvich en diciembre con la ayuda del Ministerio de Industria y Comercio", dijo ahora el alcalde de Moscú a la agencia de noticias Interfax.
El Moskvich, que se traduce como nativo de Moscú, cesó su producción hace unas dos décadas y tras la reapertura de esta planta se espera producir unas 600 unidades este año, 200 de ellos con motorización eléctrica. Ya para 2023 la producción debería alcanzar un total de 50 mil unidades, dijeron las autoridades rusas.
La oficina del alcalde de Moscú y el mayor fabricante de camiones de Rusia, Kamaz, acordaron en agosto invertir 5.000 millones de rublos en la planta de Moskvich.
Mientras eso pasa con la antigua planta de Renault, trascendió que el gigante alemán Volkswagen también busca interesados en sus fábrica emplazada en la zona de Kaluga al sureste de Moscú, la que al igual que otras dejó de operar una vez que se impusieron las sanciones contra Rusia.
La información fue publicada por el Frankfurter Allgemeine Zeitung, medio que pudo conversar con un gerente de planta y cuya identidad se mantuvo en reserva.
"Con cada etapa de escalada, la probabilidad de que podamos producir allí nuevamente en el futuro previsible disminuye", explicó el ejecutivo.
Por lo pronto, Volkswagen estaría analizando varios escenarios para su futuro en Rusia y no hay nada definido oficialmente.