El fabricante estadounidense Ford anunció que decidió poner fin, al menos por ahora, a sus esfuerzos por desarrollar vehículos totalmente autónomos, lo que implica la disolución de la firma Argo AI, una empresa que se creó en sociedad con Volkswagen precisamente para avanzar en el desarrollo de esta tecnología.
Los ejecutivos de la marca dijeron que no ven un camino hacia la rentabilidad en vehículos totalmente autónomos y que ahora sus esfuerzos se centrarán en sistemas de asistencia al conductor parcialmente automatizados, que deben ser monitoreados por humanos.
"Hemos analizado esto de todas las formas posibles", dijo el director financiero John Lawler a los periodistas. "Simplemente vemos en la rentabilidad, dada la inversión que se requerirá, un largo camino por recorrer".
A Ford le costaría miles de millones de dólares poner en las calles un robotaxis autónomo, dijo Lawler, pero no estaba claro cuándo sucedería "de una manera que nos permitiera obtener un retorno rentable de esa inversión".
El movimiento acordado entre Ford y VW sugiere lo difícil y costoso que es hacer realidad los autos sin conductor, dijo Sam Abuelsamid, analista de movilidad de Guidehouse Research.
El negocio, añadió, ha requerido grandes inversiones durante años con pocos resultados, y el apetito de los inversores por invertir más dinero se ha desvanecido.
El analista espera una consolidación en la industria con cinco o seis actores importantes, lo que significa que "más empresas se van a hundir".
"Simplemente se quedarán sin efectivo o, en algunos casos, tal vez serán absorbidos por uno de los jugadores más grandes", indicó el experto.
Sin embargo, el rival de Ford, General Motors, ha anotado ganancias en los ingresos de su unidad de vehículos autónomos Cruise, firma que opera taxis robotizados sin conductor en San Francisco y se está expandiendo a Phoenix y Austin, Texas. De hecho, GM espera que Cruise pueda generar mil millones de dólares en ingresos en 2025.