El grupo automotriz Stellantis, calificado como el cuarto mayor productor de vehículos a nivel mundial, advirtió que aún intenta contactar a los propietarios de unos 276 mil vehículos en Estados Unidos que aún equipan los potencialmente mortales airbags defectuosos de Takata y que no respondieron a los llamados a retiro del mercado.
Se trata principalmente de unidades de los modelos Dodge Magnum, Dodge Challenger y Dodge Charger fabricados entre 2005 y 2010, además del Chrysler 300, según un comunicado de FCA, marca que integra el conglomerado italo-franco-estadounidense.
La compañía dijo haber enviado casi 210 millones de cartas estándar y certificadas así como mensajes de texto a los consumidores, además de llamadas telefónicas y visitas a domicilio.
"Cuanto más tiempo permanezcan sin reparar estos vehículos en particular, mayor será el riesgo de que se rompa un airbag en caso de choque", dijo la firma. "El reemplazo gratuito de los airbags del lado del conductor están disponibles (...) desde 2015", añadió en el comunicado.
"Muchos propietarios dicen que no tienen tiempo para hacer la reparación", pero "lleva menos de una hora", agrega la automotriz.
En ese contexto, un portavoz de Stellantis reconoció que la compañía tiene conocimiento de tres muertes en los últimos siete meses en Estados Unidos y donde estarían involucrados vehículos que no cumplieron con el cambio de sus airbags.
Una encuesta de 2017 realizada por el Instituto de Investigación del Transporte de la Universidad de Michigan citó tres razones principales por las que los consumidores ignoran los llamados: temor de que los concesionarios busquen vender más reparaciones; dificultad para entregar su vehículo para una reparación; y la percepción de que la espera para arreglarlo fue demasiado larga.
Takata desapareció tras quebrar en 2018 por el escándalo de los airbags, que afectó a prácticamente todos los principales fabricantes de automóviles del mundo, incluidos Toyota y General Motors, y provocó el retiro de seguridad más grande de la historia de la industria automotriz.
El defecto de estos equipos está relacionado con el nitrato de amonio, el químico utilizado como propulsor de los cartuchos para inflar de los aibags, que se degrada especialmente bajo condiciones de humedad, impidiendo en algunos casos el inflado y lanzando trozos de metal a los ocupantes del vehículo.
Solo en Estados Unidos, hubo 19 muertos y al menos 400 presuntos heridos debido al fallo de los airbags de Takata.
