El fabricante de vehículos japonés Mazda Motor finalmente decidió tomar el camino ya recorrido por otros fabricantes automotrices y anunció que pondrá fin a sus negocios en Rusia. La noticia se adoptó tras mantener suspendidas sus operaciones en ese país desde el pasado mes de abril a raíz de los problemas de suministro derivados de la guerra en Ucrania.
Ante este escenario, Mazda ha decidido vender la totalidad de su participación en la empresa conjunta que mantiene como la compañía local Sollers. La firma producía vehículos en la planta ubicada en Vladivostok, unidades que eran comercializadas en el mercado ruso.
Mazda indicó en su último informe financiero que "dejó de enviar componentes en marzo de 2022 a la empresa conjunta, y que esta cesó sus operaciones en abril debido a la situación en Ucrania".
Aunque la empresa japonesa "ha continuado sus discusiones con Sollers, no ha encontrado una vía para reanudar el negocio", por lo que ha acordado transferir todas sus participaciones a su socio ruso, según consta en el documento.
El acuerdo de transferencia fue sellado el pasado 24 de octubre por un monto cercano a los 82 millones de euros y está a la espera de recibir el visto bueno de los reguladores para completarse.
Las instalaciones de producción de Vladivostok, inauguradas en 2012, producen modelos como el CX-5 para consumo en el mercado automovilístico ruso y en 2021 anotó una producción de 29.000 vehículos.
La salida de Mazda de Rusia tiene lugar después de que el líder japonés del automóvil Toyota Motor anunciara una medida similar el pasado septiembre debido a los problemas en la cadena de suministro.
Nissan Motor también anunció el mes pasado la venta de todas sus operaciones en Rusia, tras haber suspendido desde marzo sus negocios en ese mercado a raíz de la invasión de Ucrania.