El presidente y consejero delegado de Toyota en Europa, Matt Harrison, reconoció que el grupo automovilístico japonés no prevé recuperar la normalidad en su producción durante 2023 y que la escasez mundial de microchips, la guerra en Ucrania y el alza de la inflación han tenido un impacto "mayor de lo esperado".
En el marco del "Kenshiki Forum" organizado por la compañía en Bruselas, Harrison dijo que no está seguro de que en 2023 el fabricante pueda recuperar la normalidad, dado que todavía existe una "brecha importante" entre la capacidad de producción disponible y la demanda.
De hecho, el ejecutivo adelantó que durante el primer semestre del próximo año seguirá "habiendo problemas".
En ese sentido, Harrison reconoció que Toyota aún tiene unos 550 mil vehículos ya vendidos que aún no se han podido entregar a sus clientes, quienes deben esperar un promedio de seis y doce meses para recibir el vehículo comprado.
Pese a todo esto, Toyota espera cerrar este año con alrededor de 1,1 millones de unidades vendidas en Europa, alcanzado un "récord" de cuota de mercado en torno al 7,3%, lo que supone 0,9 puntos porcentuales más que el año anterior.
En relación con la competencia de las marcas chinas en el mercado europeo tras una fuerte arremetida con diversos modelos, Harrison ha señalado que no subestima "en absoluto" la velocidad con la que avanzan las firmas del gigante asiático y en su capacidad para "subir de nivel" en términos de tecnología.
Sin embargo, el presidente y consejero delegado de Toyota para el mercado europeo ha remarcado que no cree que su compañía se vaya a ver muy afectada por la introducción de firmas chinas en el Viejo Continente.
Habrá otras marcas que "lo sufran más", dijo el ejecutivo, quien añadió que las firmas chinas que llegan a Europa lo hacen con unos precios bajos con los que es "difícil competir".