Airbus está experimentando un demostrador con tecnologías de asistencia a los pilotos para que los aviones puedan realizar toda una serie de operaciones de forma autónoma, incluidos los aterrizajes, desvíos de aeropuertos y rodaje en tierra.
Estas demostraciones, llevadas a cabo por su filial Airbus UpNext con un avión de pruebas del modelo A350-1000, pretenden "hacer los aviones más seguros" y sus operaciones "más eficientes", explió David Bielsa, uno de sus responsables.
DragonFly, que es el nombre que se le ha dado al demostrador de estas tecnologías, ofrece asistencia a la tripulación para la toma de decisiones pero no puede tomar el control del aparato por su cuenta y "el piloto es siempre el que tiene la última palabra", subrayó Bielsa cuando se le preguntó por escenarios de película sobre máquinas que escapan a la voluntad de quienes las dirigen.
Hay tres escenarios en los que DragonFly puede ayudarles, uno de ellos dando capacidad al avión para desviarse a un aeropuerto diferente del inicialmente previsto en caso de que la tripulación no pudiera actuar, por ejemplo por haber sufrido un desmayo o por otro tipo de incapacidad.
Esa situación se probó a finales de 2022 con el A350 de pruebas de Airbus, que tenía programado su aterrizaje en el aeropuerto de Lyon pero se desvió al de Toulouse cuando iba volando a la altura de la ciudad de Limoges.
Otro de los ejes de trabajo es la capacidad de aterrizar de forma automática en cualquier aeropuerto, no sólo como ocurre ahora en los dotados del dispositivo ILS (Instrumental Landing System), previsto entre otras cosas para facilitar las operaciones en caso de niebla densa.
Para eso se evalúan diferentes sensores y se están desarrollando soluciones de visión por ordenador.
Unas soluciones que también son útiles para el tercer escenario, el de la automatización de muchas funciones del rodaje del avión una vez que ha aterrizado en un aeropuerto y debe dirigirse a su aparcamiento, que es una de las más complejas para los pilotos, sobre todo en plataformas muy saturadas.
El demostrador que se está poniendo a prueba puede informar a la tripulación de la trayectoria que tiene que tomar hasta ese aparcamiento de acuerdo con las indicaciones de los controladores aéreos, controlar la velocidad, detectar obstáculos (como vehículos) o avisar de que se está entrando en una pista sin autorización.
Belsa destacó que "la ambición de nuestro demostrador es muy alta", que "las conclusiones preliminares de los ensayos de vuelo en 2022 son muy prometedoras" y que a comienzos de este año se va a finalizar la campaña de vuelos en un contexto de "tráfico aéreo real".