El fabricante estadounidense de automóviles Ford anunció que suprimirá 3.800 puestos de trabajo en los próximos tres años en Europa, alegando la necesidad de aumentar la competitividad y centrarse en sus futuros modelos eléctricos.
La compañía dijo que se recortarán 1.700 puestos de desarrollo de productos y 600 de funciones administrativas en Alemania. En el Reino Unido se suprimirán 1.000 empleos de la división de desarrollo y 300 de administración.
El fabricante no especificó qué otros países serán afectados por los otros 200 despidos.
"Son decisiones difíciles, que no se toman a la ligera", dijo Martin Sanders, director general de Ford Model para Europa.
"Reconocemos la incertidumbre que crea en nuestros equipos y les aseguro que les vamos a ofrecer nuestro apoyo pleno en los próximos meses", agregó el directivo.
La empresa afirmó que la decisión está orientada a revitalizar sus negocios en Europa y a competir con una mayor rentabilidad.
Estos despidos se realizarán a lo largo de tres años y comenzarán de forma voluntaria.
Paralelamente, Ford va a reducir el número de modelos diseñados para Europa, concentrándose en el futuro en sus modelos eléctricos y en sus muy rentables ventas de furgonetas.
Como consecuencia, los equipos de diseño de vehículos se reducirán a la mitad.
Estos recortes habían sido anunciados a finales de enero por el sindicato alemán IG Metall.
"La empresa quiere llevar a cabo las principales tareas de desarrollo en América del Norte", con relación a "la transición de los motores térmicos a los motores eléctricos", había explicado entonces el sindicato.
La marca acaba de alcanzar el equilibrio financiero en el mercado europeo en 2022, con 516.614 vehículos nuevos vendidos y una cuota de mercado del 4,6%.
"Cambios necesarios"
El director financiero del grupo, John Lawler, había indicado a principios de febrero que Ford tendría que hacer "cambios necesarios" para rentabilizar sus ventas en Europa, en un contexto de inestabilidad económica y de la demanda.
Ford está en plena carrera hacia los vehículos eléctricos, una tecnología que requiere una modernización completa de las fábricas existentes y en la que pretende invertir 50.000 millones de dólares de aquí a 2026.