El consejero delegado del grupo automovilístico Stellantis, Carlos Tavares, criticó la norma Euro 7 de emisiones contaminantes de los automóviles que se tramita en la Unión Europea y advirtió de que los ejemplares eléctricos aún no ofrecen una alternativa ambiental inmediata debido a su elevado precio.
En rueda de prensa, donde se entregaron los resultados anuales del grupo, Tavares apuntó contra la nueva y más estricta norma de emisiones presentada en noviembre pasado por la Comisión Europea, y que prevé nuevos recortes de emisiones contaminantes y de partículas para mejorar la calidad del aire.
La propuesta, que aún debe ser debatida por el Consejo y el Parlamento de la UE, prevé una entrada en vigor para turismos y furgones nuevos el 1 de julio de 2025, mientras que para autobuses y camiones habrá dos años más de margen, hasta el 1 de julio de 2027.
El responsable de Stellantis declaró "inservible" la parte de Euro 7 sobre recortes de emisiones de gases, ya que "es costosa" de aplicar y en la práctica no supondría mejoras ambientales, aseguró.
Sin embargo, el ejecutivo portugués consideró que la propuesta de la CE sí supone una "mejora significativa para el planeta y para la salud" en lo referido al recorte de partículas sólidas procedentes de las pastillas de freno y de los neumáticos de los vehículos.
Tavares argumentó además que la progresiva salida de los vehículos térmicos debe coordinarse con la capacidad del sector de producir eléctricos a precios accesibles.
"El (alto) coste de los eléctricos es una realidad. Las familias de clase media no pueden pagarlos", dijo el presidente ejecutivo del grupo ítalo-franco-estadounidense, por lo que insistió en que los fabricantes deben aumentar progresivamente su productividad y eficiencia pero necesitan tiempo para lograrlo a través de nuevas tecnologías que permitan, por ejemplo, baterías más ligeras y de más capacidad.
Señaló que los autos eléctricos son mejores para el medio ambiente en todo sentido, ya que aceleran más, tienen un centro de gravedad más bajo y ofrecen menos vibraciones y ruido, pero todavía no son competitivos sin subsidios. "Es la realidad, no es demagogia", insistió.
La competencia de China
Tavares sumó su voz crítica a la de otros dirigentes europeos del sector, como el consejero delegado del grupo Renault, Luca de Meo, quien la pasada semana pidió más tiempo a las instituciones y los gobiernos de la Unión Europea.
En opinión de Luca de Melo, poner en marcha una norma de emisiones Euro 7 demasiado restrictiva que suponga el final acelerado de los vehículos con motores térmicos, "equivale a regalar cuota de mercado" a los fabricantes chinos de eléctricos, que pueden ofrecer ya vehículos movidos por baterías más baratos.
Además, De Meo pidió que Europa corrija la llegada "asimétrica" de automóviles eléctricos chinos si de verdad quiere tener una industria en este sector. "Hacemos frente a una competencia asimétrica y tenemos que corregirla", aseguró.
El grupo Stellantis, con sede en Países Bajos y fundado en 2021, es fruto de la fusión entre iguales del ítalo-estadounidense Fiat Chrysler Automobiles y el francés Groupe PSA.