Italia quiere asociarse con Francia y Alemania para "influir" y frenar el ritmo de las leyes de la Unión Europea sobre la reducción de emisiones de automóviles y camiones, dijo el ministro de Industria de ese país, Adolfo Urso.
El gobierno derechista del primer ministro Giorgia Meloni ya se ha pronunciado enérgicamente contra la decisión del bloque de prohibir la venta de automóviles nuevos de gasolina y diésel para 2035, mientra que el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, calificó el cambio forzoso a los autos eléctricos como un "suicidio" para los fabricantes del bloque y un "regalo" para la industria china.
Ahora, en declaraciones a la prensa el ministro de Industria llamó al brazo ejecutivo de la UE, la Comisión Europea, a adoptar un enfoque "pragmático, concreto y no ideológico" de las leyes sobre el cambio climático, y dijo que quería construir "una alianza" con París y Berlín para suavizar su costo para la industria y los consumidores.
Dijo ádemás que había discutido el tema en Berlín con el ministro de Economía alemán, Robert Habeck, el 20 de febrero, y que haría lo mismo en Roma el 3 de marzo con el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire.
"Los tres grandes países industriales europeos pueden influir... en las regulaciones europeas", dijo, refiriéndose a Italia, Francia y Alemania.
Urso mencionó específicamente dos proyectos de ley de la UE: las normas de emisiones más estrictas Euro 7 para automóviles, camionetas, camiones y autobuses, y la propuesta de este mes para reducir aún más las emisiones de camiones y autobuses. Dijo que Italia estaría "decidida" a retrasar la aprobación de los dos proyectos de ley hasta después de las próximas elecciones parlamentarias de la UE en 2024, a menos que se cumplan las demandas de moderación de Roma.