El 16 de mayo de 1968 el fabricante de vehículos Citroën presentó en sociedad uno de los ejemplares más llamativos de su historia, el Citroën Mehari, un peculiar vehículo en formato pick-up que llegó a ser considerado como una verdadera revolución y un coche adelantado a su tiempo por su funcionalidad, versatilidad, bajo peso y gran capacidad para enfrentar terrenos agrestes en su versión 4x4.
Este modelo, que fue fabricado entre 1968 y 1987, cumple 55 años de existencia transformado en un vehículo de colección por parte de los entusiastas tuerca.
Se fabricaron cerca de 150.000 unidades durante sus casi 20 años de vida y fue uno de los preferidos del ejército Francés. Gracias a sus múltiples usos también prestó servicio como ambulancias durante el exigente París-Dakar de 1980.
El modelo se hizo tan popular que no tardó en aparecer en las pantallas de la TV y el cine, consolidándose como un vehículo de la cultura popular de los años 70 y 80.
Inicialmente, el modelo se fabricó sobre la plataforma del Citroën Dyane 6 con motores de 28 a 32 CV de potencia y destacó por tener una carrocería de plástico ABS diseñada por Roland de La Poype.
Una de las cualidades de esta carrocería es que estaba compuesta por solo por 11 paneles, facilitando los trabajos de reparación y su mantenimiento, dándole una fama de ser un vehículo fácil de mantener y muy económico.
A pesar de su aspecto descapotable, el Mehari también contaba con una cubierta para poder ser utilizado en todo momento.
En sus cerca de 20 años de producción se hicieron pocas ediciones especiales de este coche y entre ellas destacan dos partidas de 1983: el Méhari Plage, con aspecto playero y un vistoso color amarillo y el Méhari Azur, que destacó por sus tonos azules.
En 2016 se lanzó además una reinterpretación 100% eléctrica del modelo clásico denominado Citroën e-Mehari, el que intentó mantener esa vocación lúdica y diseño del modelo original.
(Citroën Yagán)
El Mehari clásico sirvió además de inspiración en el diseño del Citroën Yagán, el único vehículo creado en territorio nacional, hoy también considerado una pieza de colección.
Este modelo “made in Chile” fue fabricado entre 1971 y 1973, y nació de una sociedad entre Citroën y la Corfo con el objetivo de desarrollar un vehículo cuyo costo de construcción no estuviese por sobre 250 dólares.
