El gigante General Motors avanza como todos los demás actores de la industria automotriz hacia la electromovilidad pero eso no detiene su inversión en vehículos con motores de combustión y así lo dejó en claro luego de anunciar que destinará 1.021 millones de dólares en dos de sus plantas en Estados Unidos para producir la nueva generación de camionetas pick-up pesadas con bloques a gasolina.
La principal planta beneficiada con esta inversión será el complejo de Flint, emplazado a unos 100 kilómetros al noroeste de Detroit, ya que recibirá 788 millones de dólares para adaptar la factoría a los nuevos requerimientos.
La renovación incluirá la expansión de varias secciones de la planta así como la instalación de nuevo equipamiento y herramientas para el montaje de las futuras pick-up con bloques térmicos.
Además, GM destinará 233 millones de dólares a la planta de estampado de Flint en la que se instalarán nuevos equipos también para producir la próxima generación de camionetas pesadas.
El año pasado, GM vendió en Estados Unidos 288.000 pick-up pesadas, un 38% más que en 2021.
El segmento de camionetas grandes es a la fecha el más rentable del mercado estadounidense y representa gran parte de las ganancias anuales de los fabricantes del país.
Desde 2013, GM ha invertido en sus plantas de producción de Estados Unidos 30.500 millones de dólares.
En la actualidad, GM cuenta con algo más de 50 plantas de montaje, estampado, propulsión y componentes, así como centros de distribución, en Estados Unidos.
