Una investigación de la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E) estableció que una normativa Euro 7 "robusta" podría suponer una reducción para 2035 del 50% la contaminación por NO2 que causa el transporte, lo que se traduciría en una reducción del 24% en la concentración de este gas en cinco de las mayores ciudades europeas como son Bruselas, Madrid, Milán, París y Varsovia.
Con estos resultados T&E contradice las afirmaciones de la industria automovilística que ha planteado entre sus fundamentos para oponerse a las nuevas regulaciones que estás "no mejorarían significativamente la calidad del aire".
No obstante, los resultados del estudio establecen que sin la Euro 7 los focos de contaminación atmosférica con más tráfico no cumplirían el límite de NO2 para 2035 establecido en la directiva europea sobre calidad del aire.
La ingeniera de emisiones en T&E, Anna Krajinska, dijo que esta investigación muestra que la Euro 7 podría salvar miles de vidas y mejorar la calidad de aire para decenas de millones de ciudadanos europeos.
El análisis de la federación concluye a su vez que si el límite de contaminación para 2025 fuese 3 miligramos por kilómetro, en vez de 7, esto doblaría la reducción en la contaminación de partículas emitidas por los frenos llegando al 34% en 2023 y el 55% en 2035.
Anna Krajinska aseguró, además, que la tecnología para reducir la contaminación causada por el tubo de escape ya existe y costaría unos 200 euros por coche.