En los últimos años no han sido pocos los informes que dan cuenta del interés de Arabia Saudita por convertirse en un actor de peso en la naciente industria de los vehículos eléctricos. Con ese objetivo en mente, ahora se conoció que la potencia petrolera pretende competir con China, Estados Unidos y la Unión Europea como polo mundial en la fabricación de baterías para los cero emisiones.
En ese contexto, la potencia de Asia occidental suscribió durante el último tiempo importantes acuerdos para desarrollar proyectos de material de ánodo y procesamiento de litio en el país.
Estas alianzas podrían convertir a Arabia Saudita en la nación con la cadena de suministro de iones de litio más desarrollada de Oriente Medio, zona donde prácticamente no existen estas actividades productivas.
Los acuerdos alcanzados, publica el sitio Motor.es, forman parte de los esfuerzos del país por diversificar su economía y alejarse de la dependencia del petróleo, tal como ya estableció su gobierno en 2016 con la presentación del plan denominado “Vision 2030”.
Una de las ventajas que ofrece Arabia Saudí, añade la publicación, son los costos relativamente bajos de los elementos de producción (reactivos), así como también los incentivos gubernamentales, como impuestos, tierra y apoyo de capital.
Sin embargo, uno de los principales desafíos será asegurar la mano de obra técnica necesaria para las partes complejas de la cadena de valor, así como garantizar el suministro de materias primas de mercados competitivos a nivel mundial.
La carrera por el litio
Con relación al procesamiento de litio, se conoció que una startup de propiedad austriaca llamada European Lithium firmó recientemente un acuerdo con Obeikan Investment Group de Arabia Saudita para crear una empresa conjunta y construir una refinería de hidróxido de litio en el país.
La idea es que European Lithium tome el mineral extraído de un yacimiento en Wolfsberg, Austria, y lo procese en la futura planta que se levantará en Arabia Saudita. Para 2030 se espera que el yacimiento genere poco más de 3.500 toneladas al año.
Paralelamente, Arabia Saudí comenzó a cimentar su industria de ánodos gracias a un acuerdo con la startup Novonix para construir una instalación de materiales de ánodo de grafito, la que tendrá una capacidad estimada en 30.000 toneladas al año a fin de responder a los mercados de vehículos eléctricos y sistemas de almacenamiento de energía en Oriente Medio y África del Norte.
El objetivo de las autoridades saudíes es que además de abastecer a los mercados regionales, este nuevo complejo industrial también satisfaga las necesidades de la incipiente industria de vehículos eléctricos local y donde ya se han anunciado inversiones de marcas como Lucid Motors, además de acuerdo de colaboración con empresas automotrices chinas, como Human Horizons, con el objetivo de impulsar la investigación y el desarrollo automotriz.
Pese a todo, se estima que no será fácil para la nación petrolera alcanzar una posición de relevancia en la cadena de valor global de las baterías, toda vez que llega tarde a una carrera que ya comenzó.
Aún así, añade la publicación de motor.es, su sola presencia en este mercado tendrá repercusiones como oportunidades para Europa, Estados Unidos y China. Por ahora, indican los analistas, solo hay que esperar como se dan las relaciones y alianzas entre los diferentes actores y cómo se configura el panorama de la cadena de suministro global de baterías en el futuro.
