Las autoridades de Nueva York (EE.UU.) encendieron las luces de alerta luego de anotar el primer semestre de este año 13 muertes relacionadas con incendios causados por baterías de vehículos eléctricos urbanos, cifra que duplica lo anotado en todo 2022.
El problema, indica una nota de Carscoops.com, es la calidad deficiente o mal estado de algunas de las celdas de energía que montan los vehículos eléctricos de uso urbanos como scooter, bicicletas y pequeñas motos.
Lo complejo de la situación, agrega el reporte, es que los incendios que se generan en las baterías de los vehículos eléctricos son difíciles de controlar y de apagar.
El escenario es aún más complejo si se considera que el fuego se produce como consecuencia de una explosión y en cuestión de segundos el fuego puede quedar fuera de control, tal como ha quedado en evidencia en los no pocos registros de video que hay sobre estos siniestros.
Uno de esos casos fue el de una tienda de alquiler de bicicletas eléctricas, donde se produjo un gran incendio que cobró la vida de cuatro personas que vivían en unos apartamentos situados justo encima del establecimiento.
Las investigaciones del siniestro demostraron que el dueño del local infringió varias normas sobre el número de dispositivos que podía tener en la tienda y los sistemas de carga.
Según explicó el jefe de bomberos de Nueva York, Daniel Flynn, a Automotive News, los incendios en las baterías eléctricas no se parecen a los incendios accidentales, ya que “se comportan casi como un incendio provocado, como un vertido de gas que se desplaza a gran velocidad”.
De ahí que se advierte una falta de regulación que establezca mejores estándares de calidad de estas baterías, hoy calificadas como más volátiles, menos robustas y, por tanto, propensas al desbocamiento térmico que provoca los incendios.
A esto se deben sumar además campañas que fomenten el mantenimiento adecuado de estas piezas, evitando, por ejemplo, dejar los vehículos conectados más allá del tiempo necesario, hacerlo en lugares más bien despejados y no someterlos a cambios bruscos de temperatura, además de seguir todas las instrucciones del fabricante.