El fabricante de vehículos sueco Volvo Cars, hoy parte del gigante chino Geely, anunció que fabricará su último vehículo diésel a principios de 2024 y que desde entonces dejará de producir todos los modelos que tengan esta tecnología, convirtiéndose así en una de las primeras marcas convencionales en dejar de lado este sistema motriz.
Así lo anunció la compañía en un comunicado que liberó durante la Semana del Clima en Nueva York, oportunidad donde explicó que la medida se acordó hace más de un año, cuando se acordó no seguir avanzando en el desarrollo de nuevos bloques diésel y vender su participación en la firma Aurobay, dedicada precisamente a ese desarrollo.
"Ya no dedicaremos ni una sola corona de nuestro presupuesto de I+D al desarrollo de nuevos motores de combustión interna", aseguró la compañía en el documento para la prensa.
El director ejecutivo de Volvo Cars, Jim Rowan, añadió que el futuro de la compañía pasa por los sistemas de propulsión eléctricos, que además son "superiores" a los motores de combustión porque generan menos ruido, menos vibraciones, menos costes de mantenimiento para nuestros clientes y cero emisiones del tubo de escape.
"Estamos totalmente centrados en crear una amplia cartera de vehículos premium totalmente eléctricos que cumplan con todo lo que nuestros clientes esperan de un Volvo y será una parte clave de nuestra respuesta al cambio climático", añadió el ejecutivo.
Asimismo, la compañía destacó que esta apuesta por la electrificación es "lo correcto" y que viene motivada por el último informe sobre el balance climático mundial publicado por las Naciones Unidas que alerta sobre la urgencia climática y la necesidad de actuar.
Del mismo modo, Volvo considera que la decisión de eliminar por completo los motores diésel para principios de 2024 es el ejemplo de la rapidez con la que está cambiando tanto la industria del automóvil como las exigencias de los clientes ante la crisis climática.