Los fabricantes de automóviles presentes en el Reino Unido pidieron al Gobierno británico mayor claridad sobre su regulación medioambiental luego que trascendiera que el primer ministro, Rishi Sunak, planea retrasar cinco años, hasta 2035, el veto a la venta de vehículos de gasolina y diésel.
La marca estadounidense Ford fue uno de los más críticos con esta posibilidad, que dijo puede "minar" sus planes para impulsar el vehículo eléctrico en el Reino Unido.
"Nuestro negocio necesita tres cosas del Gobierno del Reino Unido: ambición, compromiso y consistencia. Una relajación de (el objetivo de) 2030 podría minar las tres", afirmó a los medios Lisa Brankin, presidenta de Ford UK.
El grupo Stellantis, que comercializa marcas como Fiat, Opel y Peugeot, recalcó por su parte que "se requiere claridad por parte de los Gobiernos respecto a regulaciones importantes".
Un portavoz de Jaguar Land Rover explicó por su parte que la firma "está invirtiendo 15.000 millones de libras (18.607 millones de dólares) en un periodo de cinco años" para electrificar sus vehículos.
"Nuestros planes van por el camino correcto y damos la bienvenida a la certidumbre en torno a la legislación sobre el fin de la venta de coches de gasolina y diésel", agregó el portavoz.
BMW, propietaria de Mini, recalcó que "Mini ya ha anunciado que se convertirá en una marca puramente eléctrica en 2030 a nivel global y eso no va a cambiar".
El primer ministro británico, Rishi Sunak, ofrecerá una rueda de prensa en la que aclarará sus planes en torno a cambios en los objetivos medioambientales de su Ejecutivo.