El pasado 15 de septiembre el gremio automotriz de Estados Unidos inició una histórica huelga que por primeras vez afecta al mismo tiempo a los llamados “Tres Grandes” de la industrias -Ford, General Motors y Stellantis- en el marco de las negociaciones por un nuevo acuerdo colectivo que rija los próximos años en el sector.
En ese contexto, esta semana Ford presentó una nueva propuesta a los trabajadores representados por el sindicato United Auto Workers (UAW) con el objetivo de alcanzar un acuerdo, mientras que General Motors decidió concretar nuevos despidos temporales como resultado de la movilización, llegando a la fecha a unos 2.000 trabajadores afectados.
Ford Motor confirmó que había hecho una nueva oferta de contrato integral en un esfuerzo por resolver una huelga selectiva por parte del UAW, pero añadió que una disputa sobre las plantas de baterías seguía sin resolverse.
El fabricante de automóviles de Dearborn, Michigan, puntualizó que la nueva propuesta aumenta los salarios de los trabajadores temporales, aumenta las contribuciones de la empresa al plan 401(k) y reduce aún más el tiempo necesario para alcanzar el salario máximo.
Ford agregó que el UAW "ha adoptado una línea dura con las plantas de baterías" después de que el director ejecutivo Jim Farley acusara al sindicato de mantener el contrato como "rehén" del destino de esas plantas, acusación que el sindicato rechazó. La UAW dice que la "seguridad laboral" en la transición de los vehículos eléctricos sigue siendo un tema abierto.
Por su parte, el grupo automovilístico General Motors (GM) anunció 163 nuevos despidos en dos plantas de montaje y 18 centros de distribución en su planta de Ohio a causa de la huelga que comenzó el pasado 15 de septiembre. Desde entonces, General Motors ha despedido ya a 2.100 trabajadores en cinco plantas de cuatro estados, al tiempo que ha tenido que interrumpir la producción en su planta de Kansas.
Según aseguró la compañía, estos 163 trabajadores adscritos al sindicato UAW han sido cesados por tiempo indefinido de la planta de GM Toledo Propulsion Systems, que fabrica las transmisiones para la planta de montaje de la compañía en Missouri y Lansing Delta Township, que están afectadas por la huelga.