La empresa británica SimbiotiX creó un impresionante simulador de conducción de tamaño real utilizando como base un Mini clásico de 1974, el que ahora, sin moverse de su lugar, puede correr en las mejores pistas del mundo.
Según recoge una nota de motor1.com, el icónico vehículo fue restaurado y convertido en una réplica del auto usado en la cinta The Italian Job de 1969 (Faena a la Italiana).
A diferencia del original en lugar de un motor de combustión el auto oculta un avanzado computador que le permite disfrutar de los mejores juegos de carreras y conducción gracias a una gran pantalla de proyección de 180 grados, hecha a medida, y que envuelve la parte delantera del Mini.
El auto conserva el interior original, incluidos los pedales, la palanca de cambios y el volante, este último sigue conectado a las ruedas delanteras, que giran a izquierda y derecha. Lo único que se le añadió al habitáculo fue una pantalla táctil montada en la parte inferior derecha para controlar las operaciones informáticas primarias, por lo que a simple vista es un modelo normal.
La magia de este simulador comienza al conectar el volante y los pedales del auto al sistema llamado “Force Feedback”, tecnología que, gracias a un conjunto de sensores, recrea en los terminales las fuerzas y el movimiento del vehículo durante el juego.
Para aumentar el realismo, también se modificó la butaca del conductor que conectada al computador puede imitar dos tipos de movimiento que simulan las fuerzas G durante una carrera.
Junto a eso, el sistema incluye un moderno equipo de audio con un subwoofer que emite sonido y sensaciones, las que son incrementadas gracias a un juego de ventiladores que aumentan o bajan su intensidad dependiendo de la velocidad que toma el auto.
Incluso los indicadores del Mini están conectados al computador y ofrecen información sobre el combustible, la presión del aceite, la temperatura del motor y la velocidad.
Para que todo esto funcione, explican, se tiene un avanzado computador para juegos con Windows que cuenta con una GPU Nvidia RTX 3080ti, una CPU Intel i7 refrigerada por agua y 32 GB de RAM. La energía, además, es manejada por una fuente de alimentación Gold de 850W y el almacenamiento NVME de 1 TB proporciona un amplio espacio para una combinación de software de simulación.
Un panel de control especial en el tablero del auto ofrece acceso rápido a los juegos, junto con bandas sonoras para reproducir mientras se disfruta de la conducción simulada. También incluye la posibilidad de cargar nuevas franquicias.
Según se informó este impresionante “juguete” fue desarrollado por un equipo de ingenieros especialistas en el desarrollo de simuladores para la industria automovilística y aeroespacial, y fue vendido por 27.266 dólares (22.250 libras), es decir poco más de 25 millones de pesos chilenos.