La transición a la electromovilidad ha obligado a los fabricantes automotrices a avanzar no sólo en el desarrollo de los vehículos eléctricos, sino también en procurar una robusta infraestructura de carga, la que hoy, pese a los esfuerzos e inversiones, es casi inexistente en las áreas más apartadas de las grandes ciudades, incluso en los países más desarrollados.
En ese contexto, estudiantes de la Universidad Tecnológica de Eindhoven en los Países Bajos desarrollaron el Stella Terra, calificado como el primer todoterreno eléctrico del mundo capaz de funcionar con energía solar.
El ejemplar fue definido como una solución prometedora para la escasez de infraestructura de carga en muchas regiones del orbe y consiguió excelentes resultados en una prueba realizada en el inclemente desierto del Sahara, en el norte de África, al cubrir unos 1.000 kilómetros utilizando únicamente la energía solar.
El equipo Solar Team Eindhoven, liderado por Wisse Bos, fue el responsable de la creación de este ejemplar que se basa en una estructura liviana y amplios paneles solares altamente eficientes que cubren gran parte del vehículo. Según Bos, esto coloca al vehículo una década por delante de cualquier oferta actual en el mercado.
Durante su travesía por África, el Stella Terra demostró ser confiable y eficiente, superando las expectativas de autonomía.
El prototipo alcanzó una velocidad máxima de 145 km/h gracias a una batería relativamente pequeña y un peso limitado a solo 1.200 kg.
En lugar de quedarse corto, explicaron los responsables del proyecto, el todoterreno logró una asombrosa autonomía que lo hace perfecto para regiones remotas con infraestructura de carga limitada y redes energéticas poco confiables.
El impacto de Stella Terra no se limita a su capacidad todoterreno. Wisse Bosman, otro integrante del equipo Solar Team Eindhoven, dijo que espera que este vehículo inspire a fabricantes de automóviles de renombre a abrazar y avanzar en estos enfoques más sostenibles.