Un estudio publicado en el 'Journal of Environmental Psychology' entregó un resultado revelador, al asegurar que los ciclistas son, en general, mejores personas y vecinos que los conductores de vehículos privados. La investigación tenía como objetivo entender los estereotipos sobre la movilidad y la conducta social.
Basado en el concepto del bien común como componente esencial de la cohesión social, este sondeo revela que los ciclistas muestran una mayor predisposición hacia el bienestar de la comunidad en comparación con los conductores.
Para evaluar el bien común, se utilizaron cuatro factores clave: participación política, participación social, solidaridad vecinal y ayuda a los vecinos. Los resultados revelan que los conductores tienden a estar menos involucrados en estas áreas en comparación con los ciclistas.
Los autores de este análisis explican que la naturaleza del diseño de los automóviles contribuye a reducir las interacciones de los conductores con su entorno, creando una especie de burbuja aislante que limita la conexión con la comunidad.
Por el contrario, los ciclistas experimentan un mayor apego emocional con las personas de su barrio, contribuyendo a una reducción del tráfico, disminución del ruido y de la contaminación, así como un aumento del bienestar físico y mental.
Con este estudio, los autores esperan contribuir con datos valiosos para orientar la planificación urbanística, abogando por un enfoque más calmado y ecológico del transporte.