General Motors reintegró a 1.245 trabajadores que había despedido hace dos semanas en Brasil, días después de que un tribunal ordenó a la empresa volver a contratar a parte de los empleados.
La multinacional va a reunirse con los tres sindicatos que representan a los trabajadores afectados, para tratar de la situación, informó el sindicato de los Metalúrgicos de São José dos Campos, que calificó la decisión como una "victoria histórica" de los trabajadores.
General Motors despidió el pasado 21 de octubre a 1.245 trabajadores de tres plantas en el estado brasileño de São Paulo, en los municipios de São José dos Campos, São Caetano y Mogi das Cruzes, sin hacer una negociación previa con los sindicatos.
Dos días después, los trabajadores de la fabricante de automóviles se declararon en huelga, que se ha prolongado dos semanas, y el pasado martes una corte laboral obligó a la empresa a readmitir a los 839 empleados de la planta de São José dos Campos.
Los despidos en Brasil fueron calificados de ilegales por parte del sindicato estadounidense United Auto Workers (UAW), que pidió al Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva que interceda para proteger a los trabajadores.
La industria de automoción brasileña busca aún recuperar los niveles de producción y ventas previos a la pandemia.