El Rimac Nevera ha añadido otro capítulo a su lista de hazañas extraordinarias al establecer un récord de velocidad único y, sin duda, peculiar. Este automóvil eléctrico, considerado uno de los más espectaculares del planeta, ha demostrado ser un verdadero monstruo en todos los aspectos, incluso al circular marcha atrás.
En un desafío poco convencional, los ingenieros de Rimac llevaron una de las exclusivas unidades, valorada en más de dos millones de euros, a la pista de pruebas de Papenburg, Alemania. Allí, en el mismo lugar donde meses atrás se lograron más 20 nuevos récords de velocidad y prestaciones en un día, el piloto oficial de la casa, Goran Drndak, se dispuso a realizar cumplir el nuevo reto.
Equipado con cuatro motores eléctricos, uno para cada rueda, el superdeportivo eléctrico alcanzó una potencia máxima de 1.914 caballos. Gracias a esta configuración y la ausencia de una caja de cambios tradicional, los motores pudieron invertir su polaridad y propulsar el vehículo a gran velocidad en sentido contrario, según explican desde la marca. ¿El resultado? Nada menos que 275.74 kilómetros por hora circulando marcha atrás.
“Durante la carrera, definitivamente necesitas algo de tiempo para acostumbrarte", explica Drndak. "Estás mirando hacia atrás, viendo el paisaje, alejarse cada vez más rápido, sintiendo tu cuello echado hacia adelante, casi la misma sensación que normalmente tendrías al frenar con fuerza", dijo el piloto.
El ingeniero jefe de Nevera, Matija Renic explicó que durante el desarrollo del vehículo se les ocurrió que el superdeportivo podía ser el auto más rápido del mundo marcha atrás, pero en un inicio todo fue en tono de broma.
Agregó que “después de todo, la aerodinámica, la refrigeración y la estabilidad no habían sido diseñadas para correr marcha atrás a gran velocidad". Aun así, alcanzar 275 km/h de esta forma es todo un reto que hasta ahora nadie había logrado a semejante velocidad y el Rimac lo hizo, finalizó Renic.