El gigante japonés de la industria automotriz Toyota multiplicó sus esfuerzos para lograr implementar su estrategia de economía circular de baterías de autos eléctricos, conocida como “Battery 3R” (Reducir, Reutilizar, Reciclar), y que ha sido calificada por la compañía como "la estrategia ambiental más amplia" existente en todo el mundo.
Como parte de esta hoja de ruta ambiental, explicó la compañía en un comunicado, Toyota ha potenciado su intención de colaborar con múltiples socios en esta materia, considerando la "posibilidad de producción local" de baterías en cada país y región.
"Toyota espera que estos esfuerzos no sólo apoyen el desarrollo de sus vehículos cero emisiones, sino que también contribuyan al avance de las comunidades locales", destacó en el texto.
El objetivo del programa “Battery 3R” es, entre varias metas, el desarrollar fuentes de poder que no solo sean duraderas en su primer ciclo de vida, sino que además signifiquen menos costos de producción.
De ahí que las baterías de próxima generación podrían tener nuevas químicas y estructuras físicas para mejorar sus prestaciones y reducir su precio, algo que ya debería ser una realidad ocurra durante la segunda mitad de la década.
Eso no es todo, ya que Toyota también quiere que estas fuentes de poder puedan tener una nueva vida tanto en aplicaciones automotrices como fuera de ella gracias a un diseño que permita su fácil reutilización.
La idea además es que al final de su vida operativa, la empresa pueda reciclar las baterías de una manera sostenible y reutilizar la mayor cantidad posible de su material para fabricar nuevas celdas de energía, completando un virtuoso proceso de economía circular.
