La transición a la electromovilidad no ha sido fácil para los fabricantes automotrices tradicionales, ya que además de los grandes gastos que ha debido realizar para transitar hacia tecnologías libre de emisiones, ahora enfrentan una baja demanda por estas unidades en los principales mercados dada la inestabilidad económica mundial y su alto precio, algo que no afecta directamente a Tesla, líder del segmento, o los fabricantes chinos que pueden ofrecer alternativas a más bajo precio.
Ante este escenario, Ford decidió congelar sus inversiones en electrificación en Europa, medida que fue calificada como evidencia de la incertidumbre que rodea actualmente al sector y la tibieza con la que los consumidores adoptan los vehículos eléctricos.
A diferencia de los fabricantes de vehículos eléctricos emergentes, especialmente aquellos de origen asiático, los fabricantes tradicionales estadounidenses y europeos enfrentan dificultades para alinear sus estrategias con una transición que comenzó como respuesta a las imposiciones gubernamentales europeas y que ahora enfrenta signos de agotamiento.
El alto costo asociado con los vehículos eléctricos, exacerbado por la inflación, junto con las reticencias de los usuarios respecto a la autonomía y los tiempos de espera durante la recarga de las baterías, ha creado un escenario desafiante, especialmente en los segmentos de acceso e intermedios.
Ford, en respuesta a la desaceleración del mercado del vehículo eléctrico, y, bajo ese determinó reevaluar sus esfuerzos y plazos de ejecución de los planes previamente establecidos contexto, decidió la congelación de las inversiones en electrificación, medida que se extenderá a todas las factorías de la marca estadounidense en el continente europeo.
Ante esta situación, los representantes de los trabajadores de las plantas afectadas anunciaron movilizaciones, siendo la primera de ellas programada para la próxima semana en Colonia, Alemania, donde se encuentra la sede europea de Ford.
UGT, el sindicato involucrado, destaca la importancia de garantizar una fecha de revisión del Plan de Electrificación durante este proceso de transición prolongado. El plan inicial estimaba que la producción de vehículos eléctricos comenzaría en 2025, pero la realidad más reciente apunta a 2027 como una fecha más realista.
En enero de este año, indica una nota de motor.es, la UGT expresó su disposición a negociar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) si se garantizaban los planes de electrificación, ahora en duda. También se consideraba la posibilidad de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) debido a la pérdida de producción de la Tourneo Connect.
La empresa se enfrenta ahora a la solicitud de claridad y determinación por parte de los representantes de los trabajadores. UGT tiene programada una reunión con los responsables del Comité de Empresa y el vicepresidente de Ford Europa, Kieran Cahill, en diciembre para abordar la situación en curso.