Las fuertes ventas de vehículos utilitarios deportivos (SUV) de combustión fósil anulan completamente los avances climáticos que se han conseguido con los vehículos eléctricos, según un informe que fue presentado por Greenpeace y que se bajó en el análisis de los tres principales fabricantes automotrices del mundo.
Este estudio, publicado en vísperas de la cumbre climática COP28, señala que las ventas de modelos SUV de Toyota, Volkswagen y Hyundai-Kia aumentaron más de un 150% en la última década, "en dirección contraria" a los esfuerzos mundiales para contener las emisiones de CO2.
"Los mayores fabricantes de automóviles del mundo se lanzan de cabeza a la producción de SUV, empujando todavía más al planeta hacia la catástrofe climática", dijo Erin Choi, de Greenpeace Asia, en el comunicado de la ONG.
El informe señala que el número de SUV en circulación en el mundo pasó de 50 millones en 2010 a 330 millones en 2022 y asegura que este tipo de vehículos emitieron más de 900 millones de toneladas de CO2 en el año 2021.
Si esta flota de automóviles fuera un país, sería el sexto más contaminante del mundo, dijo Greenpeace.
Las emisiones de CO2 de los SUV del surcoreano Hyundai-Kia, del alemán Volkswagen y del japonés Toyota fueron de 298 millones de toneladas en 2022, según los cálculos de la institución.
En este mismo periodo, las emisiones de CO2 que se han evitado por el uso de vehículos eléctricos de estas marcas se calculan en solo 9 millones de toneladas, agrega la organización.
El estudio no tiene en cuenta las emisiones generadas en la fabricación de estos vehículos.
"Hyundai, Volkswagen y los otros fabricantes deben reducir el tamaño de sus flotas de SUV al mismo tiempo que electrifican" sus ventas, pidió Choi.
Greenpeace también recela de la tendencia creciente de SUV eléctricos, porque estos modelos tienen una huella de carbono más elevada que el resto de vehículos eléctricos, especialmente porque su fabricación necesita más acero.