La ciudad de Chicago, Estados Unidos, se encuentra bajo una intensa ola de frío que ha desencadenado una serie de problemas para los conductores de vehículos eléctricos, poniendo a prueba tanto la movilidad como la infraestructura de recarga. Las temperaturas extremadamente bajas, que han persistido durante varios días, han llevado a la cancelación de vuelos, dejando a cientos de viajeros varados, y a extensos tacos en las principales carreteras.
La situación ha vuelto a poner en tela de juicio la afirmación de que "los vehículos eléctricos no son para el invierno". El frío extremo impacta negativamente en la autonomía de las baterías y ralentizan los tiempos de carga, lo que ha generado problemas técnicos para numerosos conductores, en especial aquellos que dependen de la infraestructura de recarga, mayormente compuesta por los Supercargadores de Tesla.
En medio del clima extremo, los dueños de los autos en Chicago se han visto obligados a armarse de paciencia para encontrar puntos de recarga fuera de casa. Los cargadores de Tesla, que son el estándar para la mayoría de los vehículos eléctricos en EE. UU., han experimentado dificultades en estas condiciones gélidas, provocando situaciones caóticas.
Aunque los Supercargadores de Tesla han sido los más afectados, la ralentización de los tiempos de recarga no es exclusiva de esta marca. Cuando el termómetro desciende por debajo del punto de congelación, los vehículos eléctricos en general experimentan una disminución en su capacidad de carga.
Estudios de la Federación Noruega del Automóvil indican que la autonomía de los vehículos eléctricos puede reducirse entre un 20 % y un 40 % en condiciones de temperaturas extremadamente bajas.
La situación ha llevado a la formación de colas interminables de vehículos eléctricos esperando para recargar, y aquellos con una autonomía ajustada corren el riesgo de quedarse sin batería, ya que no pueden permitirse apagar la calefacción para ahorrar energía durante la espera.
En respuesta a estos desafíos invernales, el Gobierno estadounidense está trabajando en iniciativas para aumentar significativamente el número de estaciones de recarga en el país. Se estima que el número debe cuadruplicarse de aquí a 2025 para acompañar el crecimiento continuo de la electromovilidad.
A pesar de los contratiempos en Chicago, hay ejemplos positivos en lugares como Noruega, que ha demostrado ser más preparada para afrontar condiciones climáticas extremas. La mayoría de los conductores de vehículos eléctricos en Noruega recargan en casa, evitando en gran medida depender de puntos de carga públicos.