Este año comenzará a regir en la Unión Europea la normativa que prohíbe el uso de cromado en automóviles y motocicletas, en un esfuerzo por abordar las constantes preocupaciones sobre este tratamiento que pone en riesgo la salud de las personas y sus altos niveles de contaminación.
Esta medida, dijeron, se enmarca además en los esfuerzos del bloque de países para avanzar en sus objetivos para reducir la contaminación ambiental y promover los vehículos más ecológicos.
Si bien puede parecer un detalle insignificante, la prohibición del uso de cromados está fundamentada en la presencia de cromo hexavalente, una forma tóxica del metal que se utiliza en el proceso de acabado de diversas piezas metálicas de los vehículos.
El cromo hexavalente representa un riesgo significativo para la salud humana, ya que se ha relacionado con diversos problemas, incluido el cáncer.
Según expertos, la exposición al cromo hexavalente puede provocar cáncer de pulmón, cáncer de seno paranasal y cavidad nasal, así como daño hepático, problemas reproductivos y de desarrollo.
Si bien el cromado se ha utilizado tradicionalmente como un acabado estético y protector contra la corrosión en componentes metálicos de vehículos, su prohibición busca reducir la exposición a este compuesto altamente peligroso.
La medida afecta tanto a automóviles como a motocicletas, siendo especialmente común el uso de cromados en motocicletas de estilo "chopper", como los modelos de la marca Harley-Davidson.
Elementos como llantas, manillares, horquillas de suspensión e incluso bloques de motor suelen recibir este tratamiento.
Esta regulación, aunque puede alterar la apariencia de algunos vehículos, tiene como objetivo principal proteger la salud pública y reducir los riesgos asociados con la exposición al cromo hexavalente, demostrando el compromiso de la Unión Europea con la seguridad y el medio ambiente.