La secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm, reconoció que existe preocupación por la creciente capacidad de China para inundar el mercado local de vehículos eléctricos económicos, lo que podría implicar un duro impacto a los productores locales.
En ese contexto, Granholm destacó la importancia de mantener la competitividad de la industria automotriz estadounidense, hoy enfocada a la producción de autos eléctricos de alto precio, frente a la expansión de la producción china con vehículos eléctricos de bajo costo.
"Estamos muy preocupados por el avance de China en nuestra industria en Estados Unidos”, dijo la autoridad en un evento de Axios en Washington.
La autoridad recordó la experiencia adquirida con el mercado de los paneles solares, donde la influencia del gigante asiático llevó a una saturación del mercado local, lo que finalmente significó el fin de los productores estadounidenses. "La tecnología solar se inventó aquí y tuvo un gran avance y después fue retirada porque hubo una inundación del mercado", precisó Granholm.
Para contrarrestar esta situación, dijo que los incentivos aplicados por la autoridad, especialmente mediante la Ley de Reducción de la Inflación, mejora la competitividad de los cero emisiones estadounidenses frente a los extranjeros que no pueden acceder a estos beneficios.
En ese contexto dijo que los productores locales deben seguir avanzando en el desarrollo de vehículos más económicos y, paralelamente, los consumidores deben comprender la importancia de adquirir autos de producción nacional o no los ejemplares foráneos.
"China está invirtiendo cantidades enormes con el fin de lograr un gran éxito, por lo que debemos entender que es importante que la gente compre vehículos eléctricos locales a un precio asequible", dijo.
En febrero pasado el Departamento de Comercio de Estados Unidos ya inició una investigación para establecer el riesgo real que representa para la seguridad nacional la llegada masiva de autos eléctricos chinos considerando la gran cantidad de información confidencial que estas máquinas almacenan de sus conductores y pasajeros, incluídos dispositivos como cámaras y sensores que pueden registrar información sobre la infraestructura estadounidense.