Países Bajos enfrenta una situación complicada con la acelerada proliferación de vehículos a batería en su parque automotriz, ya que su red eléctrica está comenzando a tener problemas para dar respuesta a un aumento en la demanda.
A pesar de ser una de las naciones europeas más comprometidas con la movilidad cero emisiones, la infraestructura eléctrica del país está al borde del colapso, causando apagones continuos en sus principales ciudades.
El mayor operador de la red eléctrica holandesa, Stedin, alertó al gobierno sobre lo insostenible de la situación. En lugares como Utrecht, la demanda de electricidad supera con creces la capacidad de la red, lo que está afectando a miles de hogares.
Esta crisis, precisa un reporte de motor.es, se ha visto agravada por el hecho de que muchos propietarios de autos eléctricos aprovechan de recargar sus vehículos en puntos públicos al salir del trabajo, creando una congestión energética entre las 17:00 y las 20:00 horas.
Ante esta situación, se han propuesto diversas soluciones, algunas de ellas drásticas. Por ejemplo, se ha planteado la posibilidad de desconectar los puntos de carga durante ciertas horas del día o aumentar considerablemente el precio de la carga para desalentar su uso en momentos de alta demanda.
Estas medidas, aunque podrían aliviar la presión sobre la red eléctrica, también generarían inconvenientes para los usuarios y podrían afectar seriamente a la población que ha decidido cambiar sus vehículos con motores de combustión por modelos a batería.
Este problema plantea además un nuevo desafío a la transición energética iniciada por Europa en su sector automotriz y que tiene como fecha límite 2035, año en que se prohibirá la venta de unidades nuevas con motores de combustión.