En un año marcado por cambios significativos en la industria automotriz, dos legendarios nombres, Ferrari y Porsche, se destacaron en 2023 como líderes indiscutibles en rentabilidad, demostrando que el éxito va más allá de las cifras de ventas.
Un análisis exhaustivo de los resultados financieros de los principales fabricantes de automóviles occidentales y algunos chinos reveló que, a pesar de la competencia feroz y los desafíos del mercado, las marcas de Maranello y Stuttgart alcanzaron impresionantes márgenes de beneficio que eclipsan a todos sus rivales.
Según los datos recopilados, los ingresos totales de la industria automotriz aumentaron un 11% en 2023, alcanzando la cifra astronómica de 2,25 billones de euros.
Este crecimiento, indica una nota de motor1.com, no se atribuye únicamente a un aumento en el volumen de ventas (+9%), sino también al incremento en los precios de los vehículos.
Ferrari mantuvo su posición como líder indiscutible en rentabilidad. A pesar de no estar entre los fabricantes con el mayor volumen de ventas, la compañía italiana logró un margen operativo del 27%, generando un beneficio de explotación de 1.610 millones de euros.
Con una facturación total de 5.970 millones de euros, la casa de Maranello demostró su capacidad para vender autos más caros y maximizar ganancias a través de actividades como la Fórmula Uno y el merchandising.
Por su parte, Porsche, con sede en Stuttgart, también impresionó con un margen de explotación del 18%, generando beneficios por un total de 7.280 millones de euros sobre ingresos de 40.530 millones de euros.
El éxito de Porsche se atribuyó en gran medida al aumento en las ventas de su icónico modelo 911 y del innovador Taycan, así como al sólido desempeño de sus SUV.
Si bien otras marcas como Jaguar Land Rover, Toyota, Kia y el Grupo BMW registraron aumentos en su margen operativo, ninguna pudo igualar el deslumbrante desempeño de Ferrari y Porsche en términos de rentabilidad.
En tanto, los resultados mixtos comunicados por los fabricantes chinos presentes, BYD y Great Wall Motors, sugieren que aunque están experimentando un crecimiento en el volumen de unidades, la rentabilidad aún no es su prioridad.