La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) pidió esta jornada a la Unión Europea (UE) "un plan industrial robusto" para no perder competitividad, que incluya financiación, incentivos y acceso a materias primas, así como la creación de demanda de vehículos eléctricos y el despliegue de puntos de carga eléctrica y de repostaje de hidrógeno.
"Los fabricantes de automóviles de la UE están firmemente comprometidos con la descarbonización (...) pero no podemos hacer esta transición solos", dijo en un comunicado el presidente del Grupo Renault y de ACEA, Luca de Meo, tras reunirse con el comisario europeo de Acción Climática Wopke Hoekstra, y, antes, con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
La próxima semana, Bruselas acogerá una cumbre europea en la que los líderes de los países y las instituciones del bloque analizarán cómo hacer que la economía comunitaria sea más competitiva en los próximos cinco años en la carrera tecnológica de la descarbonización en la que compite con China y Estados Unidos.
Y tras los contactos entre las instituciones europeas y la automoción, el presidente de ACEA subrayó que "Europa necesita crear las condiciones para la competitividad y la demanda del mercado de vehículos eléctricos".
Di Meo enumeró varias áreas por las que avanzar, como el despliegue de "infraestructura de carga y repostaje de hidrógeno, el suministro de materias primas críticas, un mejor acceso a la financiación e incentivos de mercado". En otras palabras, una estrategia industrial holística será la clave para lograr las ambiciones verdes de Europa".
La principal patronal de la industria automotriz en la UE aseguró que "los fabricantes y proveedores de automóviles desean mantener la producción en Europa, conservando empleos e inversiones en la región", pero advierten de que se enfrentan a una "tormenta perfecta".
Esto se traduce en una "feroz competencia global por recursos críticos, financiamiento, inversiones y clientes, agravada por los crecientes costos de hacer negocios, un panorama geopolítico radicalmente cambiante y un mercado de vehículos eléctricos que está lejos de ser maduro", dijeron los constructores.
"Dadas estas profundas dificultades, Europa debe fortalecer su competitividad y construir un caso empresarial más sólido para la transición verde y digital de la industria automotriz", agrega un sector que, según la legislación aprobada, a partir de 2035 sólo podrán vender en la UE vehículos de cero emisiones.
Por su parte, el consejero delegado de la división de automoción del grupo alemán Schaeffler y presidente de la Asociación Europea de Proveedores de Automoción (CLEPA), Matthias Zink, señaló que financiar la transición es "clave" en un contexto económico "desafiante" con una "disminución en la adopción de vehículos eléctricos y beneficios menguantes dentro de la cadena de suministro".
Los fabricantes de componentes llamaron a minimizar los riesgos de inversión en tecnologías innovadoras y a transformar los centros de producción y la fuerza laboral, así como a mantener un marco regulatorio "que debe seguir siendo ambicioso pero flexible".