La industria automotriz china lleva adelante una agresiva expansión en los mercados mundiales con Europa como blanco principal, lo que ha encendido las alarmas de los productores, analistas y autoridades del bloque que estudian la forma de hacer frente a este escenario a fin de defender su industria del motor. En ese contexto, un informe realizado por el Grupo Rodhium planteó levantar un muro arancelario para detener esta verdadera invasión del gigante asiático.
Según recoge el Financial Times, el informe sugiere que para detener la fuerte arremetida de los fabricantes chinos, Europa debería considerar imponer un impuesto del 50% sobre cada vehículo importado, tomando en consideración que actualmente estos aranceles alcanzan sólo el 10%. La Comisión Europea, añade el reporte, está analizando la posibilidad de avanzar en esa línea pero con un alza de sólo un 30%.
Según los expertos, dicha alza sigue siendo poco efectiva, ya que muchas marcas chinas seguirán encontrando rentable la venta en Europa, incluso con esos gravámenes, por lo que la sugerencia es definir estos aranceles desde el 40% en adelante, lo que haría que los mercados europeos dejaran de ser atractivos para los exportadores asiáticos, quienes a la fecha tampoco pueden acceder al mercado estadounidense ante las salvaguardias adoptadas por la administración Biden.
"Para que el mercado europeo deje de ser atractivo para los exportadores chinos de vehículos eléctricos, probablemente serían necesarios aranceles del 40-50%, incluso más elevados para fabricantes integrados verticalmente como BYD", explican desde la consultora Rodhium.
El mismo reporte indica que los grandes fabricantes chinos, como la citada marca, podrían incluso no verse afectados por estos aranceles, considerando, por ejemplo, que BYD vende sus autos en Europa por casi el doble del precio que lo hace en China, lo que le otorga un margen de beneficio significativo.
Actualmente, la competencia automotriz es feroz en los países del bloque con más de 90 marcas de todo el mundo luchando por conseguir un espacio de mercado.
La posibilidad de levantar un muro arancelario no sólo golpearía a los fabricantes chinos, sino también estadounidense como Tesla, empresas que podrían enfrentar dificultades financieras si se aplican estos impuestos, especialmente aquellos que producen en China y exportan a Europa.
Las importaciones de coches eléctricos desde China han experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, multiplicándose por cuatro entre 2020 y 2023.
Se espera que esta tendencia continúe, lo que podría elevar la cuota de mercado de los autos fabricados en China al 11% este año y al 20% para el 2027, según estimaciones de Transport & Environment.