El reciente lanzamiento del automóvil compacto eléctrico de bajo precio llamado Seagull por parte del fabricante chino BYD sacudió tanto a los fabricantes de automóviles como a los políticos estadounidenses. A un precio de alrededor de 12.000 dólares en China, este vehículo demostró ser una competencia seria en desempeño y calidad para los modelos eléctricos de los fabricantes de Estados Unidos y que cuestan tres veces más.
Aunque los aranceles actuales sobre los vehículos chinos importados podrían mantener al Seagull fuera de las costas y calles estadounidenses, los expertos sugieren que su eventual llegada es casi inevitable.
Esto plantea una amenaza significativa para la industria automotriz local, ya que el rápido surgimiento de vehículos eléctricos asequibles provenientes de China podría tener un impacto global comparable a la llegada de los fabricantes japoneses durante las crisis petroleras de los años 1970.
Analistas de la industria, como Sam Fiorani de AutoForecast Solutions, advierten que ignorar a BYD como competidor sería un error costoso para cualquier empresa automotriz estadounidense. La entrada de BYD en el mercado estadounidense, señala, es solo cuestión de tiempo.
Esta amenaza llevó a la administración Biden a considerar aranceles del 100% a los vehículos eléctricos importados de China, argumentando que representan una amenaza para los empleos y la seguridad nacional de Estados Unidos. La Alianza para la Fabricación Estadounidense advierte que los vehículos eléctricos chinos subsidiados por el gobierno podrían tener un impacto devastador en el sector automotriz del país.
El presidente de Tesla, Elon Musk, dijo en su momento que los vehículos eléctricos chinos son de tal calidad que, sin barreras comerciales, podrían dominar la mayoría de las empresas automotrices del mundo.
En contraste con los vehículos eléctricos occidentales, que suelen ser costosos y dirigidos a un mercado de mayores ingresos, las marcas chinas están ofreciendo opciones más accesibles que podrían atraer a un público más amplio. Este cambio hacia la democratización de los vehículos eléctricos podría influir en la adopción masiva de esta tecnología, especialmente cuando los gobiernos de todo el mundo están promoviendo la transición hacia vehículos más ecológicos para combatir el cambio climático.
El Seagull de BYD llamó la atención incluso de la industria automotriz estadounidense, con expertos como Terry Woychowski, presidente de Caresoft Global, destacando su eficiencia y bajo costo de fabricación.
Este vehículo, que puede recorrer 405 kilómetros por carga, representa un desafío para los fabricantes estadounidenses que están rezagados en el diseño de vehículos eléctricos de bajo costo.
La estrategia de fabricación de BYD, que incluye la integración vertical y el diseño eficiente, ha permitido mantener costos bajos. Por ejemplo, el Seagull utiliza baterías de fosfato de hierro y litio, que son más baratas pero tienen un alcance menor que las baterías de iones de litio convencionales.
El diseño ingenioso del Seagull también incluye características como un solo limpiaparabrisas, que reduce el peso y los costos de producción. Estas prácticas contrastan con las de los fabricantes estadounidenses, que a menudo incurren en costos excesivos de ingeniería y diseño.