El grupo automotriz Stellantis anunció la creación de una empresa conjunta con la compañía china de autos eléctricos Leapmotor, la que comenzará a vender autos a batería en nueve países europeos a finales de este año.
El director ejecutivo de Stellantis, Carlos Tavares, indicó que la nueva empresa iniciará operaciones en Bélgica, Francia, Italia, Alemania, Grecia, Países Bajos, Rumania, España y Portugal, para luego extenderse a los mercados de América del Sur, Oriente Medio y África, así como India y Asia Pacífico.
La empresa conjunta se llama Leapmotor International y tiene una participación accionaria del 51% en manos del grupo franco-ítalo-estadounidense y el 49% restante en propiedad de Leapmotor.
Pese al anuncio, no se detalló dónde se producirán los vehículos eléctricos de la nueva marca, aún cuando se estima que el lugar que se escoja debe tener la “capacidad disponible para respaldar las ventas” y cumplir con criterios de calidad y competitividad de costos.
Los primeros modelos que comercializará esta empresa conjunta serán los modelos T03 y C10 desarrollados por Leapmotor, con planes de introducir un tercer modelo durante los próximos tres años, dijo Tavares.
"Esperamos dar un impulso significativo a las ventas internacionales de estos modelos", afirmó el ejecutivo.
En octubre del año pasado, Stellantis invirtió 1.610 millones de dólares para comprar una participación del 21% en Leapmotor y anunció una asociación estratégica.
El director ejecutivo de Leapmotor, Zhu Jiangming, dijo que la alianza con Stellantis ayudaría a su empresa a acceder a un extenso sistema de distribución y representación en el extranjero, así como a fábricas en todo el mundo.
"Es probable que las incertidumbres políticas y regionales en el futuro hagan inevitable que las marcas chinas de vehículos de nueva energía fabriquen globalmente", dijo Zhu.
Sus comentarios se producen cuando la administración Biden anunció planes para imponer nuevos aranceles a los vehículos eléctricos, baterías avanzadas, células solares, acero, aluminio y equipos médicos chinos, una medida que probablemente aumentará la fricción entre las dos economías más grandes del mundo.
Tanto Estados Unidos como Europa han acusado a China de producir en exceso automóviles eléctricos y de venderlos en los mercados extranjeros.
