La primera y más importante recomendación que entrega la Conaset es evitar conducir bajo condiciones de lluvia si no es estrictamente necesario. La lluvia aumenta significativamente los riesgos de accidentes debido a la menor visibilidad y los pisos resbaladizos. Si puede posponer su viaje o utilizar medios de transporte alternativos, es mejor hacerlo.
Antes de iniciar tu viaje, asegúrate de que las plumillas del limpiaparabrisas estén en buen estado. Se recomienda cambiarlas una vez al año. Si producen ruido, ensucian en lugar de limpiar, o tienen extremos colgantes, es hora de reemplazarlas.
Es crucial revisar el estado de los neumáticos antes de conducir bajo la lluvia, ya que el agarre disminuye considerablemente en superficies mojadas. Modera tu velocidad para que los neumáticos puedan desplazar el agua adecuadamente. También, asegúrate de que los frenos estén en buen estado, ya que su eficacia puede reducirse con la humedad.
Mantén las luces encendidas durante todo el día para mejorar la visibilidad tanto para otros vehículos como para peatones. Verifica regularmente la carga de la batería y el estado de los bornes e instalaciones eléctricas, especialmente si la batería tiene más de tres años de uso.
Disminuye la velocidad y aumenta la distancia con el vehículo que te precede. Esto te dará más tiempo para reaccionar y maniobrar en caso de emergencia. Este consejo es vital, ya que durante la lluvia son comunes los choques por alcance.
Evita las pozas de agua para no dañar tu vehículo y para no salpicar a peatones y otros conductores. Realiza frenadas suaves y progresivas para evitar el bloqueo de las ruedas y el deslizamiento del vehículo. Si tu coche cuenta con frenos ABS, este problema se reduce significativamente.
La visibilidad se reduce considerablemente con la lluvia no solo para conductores, sino también peatones. Por esta razón es esencial usar constantemente los limpiaparabrisas para mejorar el campo visual y mantener las luces encendidas para ser más visible. Presta el doble de atención a tu entorno para detectar cualquier situación de riesgo a tiempo.
Durante el inicio de las lluvias, el asfalto se vuelve más resbaladizo debido a la mezcla de agua con polvo y grasa. Esta condición mejora con lluvias continuas, pero una vez que dejan de caer, sigue siendo precavido por el agua residual y posibles temperaturas bajas que pueden causar hielo en las calles. También, considera la posibilidad de neblina densa que dificulta la conducción.
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