Los fabricantes de automóviles chinos están pidiendo al Gobierno de Xi Jinping la imposición de aranceles a las importaciones de vehículos propulsados por gasolina procedentes de la Unión Europea en respuesta a la propuesta del Ejecutivo comunitario en contra de las empresas del fabricante asiático.
En una reunión a puerta cerrada celebrada en las últimas horas entre los fabricantes chinos y el Gobierno de su país a la que también asistieron firmas de automóviles europeas, varios líderes empresariales asiáticos pidieron aumentar la presión comercial sobre los modelos más contaminantes, según publican medios estatales.
El actual arancel de importación de automóviles de China es del 15% aunque las pretensiones de las marcas pasan por una subida hasta el 25% del arancel a las importaciones de vehículos de gasolina. Medidas que, en todo caso, podrían costarle hasta 4.000 millones de euros en intercambios comerciales a la industria, según el Instituto Económico Kiel.
Este movimiento llega después de que las empresas del sector cárnico hayan conseguido que China anunciara este pasado lunes la apertura de una investigación “antidumping” respecto de las importaciones de carne de cerdo y subproductos porcinos relevantes con origen en la Unión Europea.