El gigante de la industria automotriz Volkswagen no descartó la posibilidad de cerrar su planta de Bruselas, donde se fabrican vehículos de la marca de lujo Audi, debido a una significativa caída en la demanda de modelos eléctricos de alta gama.
Los alemanes dijeron además que esta situación ha obligado a la empresa a reducir su objetivo de margen para este año.
Desde 1988, Volkswagen no ha cerrado una planta, siendo la última en Westmoreland, Alabama, por lo que el anuncio llamó la atención de la industria.
La eventual clausura de la fábrica del grupo Volkswagen en Bruselas se explica ante la fuerte caída que ha experimentado la demanda de autos eléctricos de lujo, lo que se traduce en un duro golpe a los fabricantes que han realizado grandes inversiones en capacidad y desarrollo tecnológico.
Audi ya había anticipado una caída en sus ventas para 2024 mientras trabaja en la introducción de nuevos modelos y recorte de costos.
Volkswagen estimó que encontrar un uso alternativo para la planta o cerrarla completamente podría costar hasta 2.600 millones de euros (2.800 millones de dólares) en 2024, impactando su retorno operativo, que ahora se espera entre 6,5 y 7%, frente al 7 y 7,5% previsto inicialmente.
Como consecuencia, Porsche SE, que posee una gran parte de los derechos de voto en Volkswagen, también redujo su pronóstico de ganancias.
Las acciones de Volkswagen y Porsche SE en Frankfurt cayeron esta jornada un 1,7% y un 2,1%, respectivamente, tras conocerse la noticia.
La planta de Bruselas, que produjo 50.000 autos el año pasado, enfrenta "desafíos estructurales de larga data", incluidos altos costos logísticos y dificultad en su rediseño.
Audi iniciará un proceso de consulta para encontrar soluciones alternativas para la planta, que emplea a unas 3.000 personas. En caso de no encontrar alternativas, las operaciones podrían cesar.
Esta decisión se da en un contexto donde las ganancias operativas de Volkswagen han caído un 20% en el primer trimestre, afectadas por retrasos en las entregas en Audi.