Conducir en la carretera durante invierno exige mayor atención a las condiciones del tráfico y redoblar la precaución, especialmente cuando se hace bajo lluvia o condiciones de neblina. Ambos fenómenos presentan desafíos específicos que los conductores deben tener en cuenta para garantizar un trayecto seguro.
Conducir bajo la lluvia es muy distinto a hacerlo en condiciones normales. La visibilidad se reduce considerablemente y el pavimento se vuelve resbaladizo, aumentando el riesgo de accidentes. Esto es particularmente peligroso al comienzo de una lluvia, cuando el agua se mezcla con el polvo y la grasa acumulada en la carretera, creando una superficie extremadamente deslizante. Además, la adherencia de los neumáticos puede disminuir hasta en un 25%, lo que incrementa la posibilidad de que el vehículo patine.
Por otro lado, la neblina también reduce drásticamente la visibilidad, aunque de manera más uniforme en comparación con la lluvia. Esto dificulta la percepción de la distancia y la identificación de otros vehículos, señales de tránsito y obstáculos en la vía. En estas condiciones, es crucial que los conductores mantengan una velocidad moderada y utilicen las luces adecuadas para ser visibles.
Acciones para una conducción segura en lluvia
Verificar el estado del vehículo:
Antes de salir, asegúrate de que los frenos estén en buen estado, ya que la lluvia puede reducir su eficacia. También es vital mantener limpio el parabrisas, renovar las plumillas y revisar el estado de los neumáticos, que deben tener la profundidad adecuada para garantizar una buena adherencia.
Mantener la distancia:
En condiciones de lluvia, aumenta la distancia entre tu vehículo y el que va adelante. Esto te dará más tiempo para frenar en caso de emergencia. Una buena referencia es poder leer la palabra "Chile" en la placa del automóvil que te precede.
Evitar maniobras bruscas:
Al conducir en lluvia, evita cambios de pista repentinos o frenadas bruscas. Estas acciones pueden hacer que pierdas el control del vehículo, especialmente si el pavimento está resbaladizo.
Manejar a velocidad moderada:
Ajusta tu velocidad a las condiciones del clima. Conducir más despacio te dará más control sobre el vehículo y reducirá el riesgo de accidentes.
Cuidado con las pozas:
Evita cruzar charcos grandes sin comprobar su profundidad. Si es necesario atravesarlos, hazlo despacio para evitar que el agua entre en el motor y compruebe la adherencia al salir.
Acciones para una conducción segura bajo neblina
Usar las luces correctamente:
Enciende las luces bajas o antiniebla para mejorar tu visibilidad y ser visto por otros conductores. Evita usar las luces altas, ya que reflejarán la neblina y reducirán aún más tu visibilidad.
Mantener la velocidad y la distancia:
Conduce a una velocidad reducida y mantén una mayor distancia con el vehículo de adelante. La visibilidad limitada hace que los tiempos de reacción sean más largos.
Evitar frenadas bruscas:
Al igual que con la lluvia, evita frenar de manera abrupta. Los movimientos suaves y controlados son clave para mantener el control del vehículo.
Estar alerta:
En condiciones de neblina, es esencial estar más atento a la carretera y a las señales de tránsito. Usa las marcas en el pavimento como guía para mantenerte en tu carril.