SANTIAGO.- Como solista y como líder de La Ley, ya son varias las veces en que Beto Cuevas ha levantado un Grammy Latino. Por el lado honorífico, en tanto, la organización tras los galardones ha distinguido a Mario Kreutzberger en 2013 y a Myriam Hernández el jueves reciente, mientras que en la antesala de la próxima ceremonia un chileno más se sumará a esa lista.
"En un mes y medio más se sabe. Antes no puedo decir nada", dice el mexicano Gabriel Abaroa, presidente de la Academia Latina de la Grabación, manteniendo el misterio.
Pero con o sin ese nombre en la nómina, una cosa es clara: La relación entre Chile y Grammy Latino es escueta, tanto que puede resumirse utilizando apenas una mano, más un par de dedos adicionales cuando se considera a los que alguna vez han estado nominados. Nada más.
La idea al respecto, desde acá, es clara: La música que aquí se factura simplemente no se inscribe entre aquella que el Grammy busca destacar, y los nombres locales no generan mayor interés en una industria que aparenta degustar con otro paladar y cocinar para otros mercados.
Sin embargo, Abaroa —de paso por Chile para
entregar el galardón a Hernández— es tajante a la hora de desarmar esa tesis, y a su vez plantea la propia: La deficiente gestión realizada por los artistas y sus entornos, que redunda en una baja cantidad de postulaciones.
"En toda Iberoamérica tenemos la costumbre de esperar a que alguien nos diga qué hacer, en lugar de indagar. La razón por la que todavía es una noticia pequeña aquí (la cantidad de nacionales nominados), es porque de alguna forma hay una filosofía de lejanía. Los mismos artistas chilenos se enfocan mucho en territorio local, no son muchos los que salen a hacer tours", afirma.
"Yo soy sólo un réferi en un partido de fútbol. ¿Y quiénes pueden jugar? Todos los que se inscriban. Mi obligación es que se cumplan las reglas. Pero si no tenemos jugadores de Chile o Paraguay, es responsabilidad de esos jugadores ver qué pueden hacer para inscribirse", agrega.
-
Desde acá pareciera que la música chilena no es del gusto del Latin Grammy, galardón que parece apuntar más al paladar latino norteamericano...-Lo mismo me comentan en México, que por qué entregamos todos los premios a Colombia, y allá me dicen que por qué van todos a Puerto Rico, o a Brasil. En todos los países se da esa situación. Ahora, Chile, Paraguay, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Perú y los países centroamericanos, normalmente no figuran tanto, pero porque tampoco tienen miembros postulando.
-
O sea que se mezcla la gestión con el interés...-Siempre el ejemplo que le pongo a la membresía es "señores, hay un trenecito que funciona de maravillas, precioso. O nos quedamos viéndolo de la estación, o nos subimos". El que no se suba, seguirá viéndolo pasar desde la estación. Hay que entrar, porque es un proceso de educar. Hay artistas que tienen la fortuna de contar con grandes presupuestos, y otros que llevan tanto tiempo que los conocen en todas partes. Pero si hace un análisis de los nominados cada año, se sorprenderá con la cantidad que le hará decir "y éste quién es". Ésos son nuevos que se colaron en el proceso, porque su música es diferente. Así tuvimos a Juanes, Calle 13, Debi Nova...
Pese a ello, sí hay una chilena que ha estado coqueteando regularmente con el Grammy Latino: Ana Tijoux, quien
suma tres postulaciones al galardón —más otras tres a la versión anglo— por trabajos agrupados en la categoría "urbano".
En ella debe competir con una nómina diversa, que ha incluido a nombres que van de Calle 13 a Enrique Iglesias, pasando por Don Omar. Abaroa defiende esa mezcla, que a ratos bordea lo incomprensible, a partir de cuestiones funcionales.
"Tenemos comités que se juntan y discuten esto profundamente, expertos en la materia. Al final yo llego y les pregunto cuál fue su resolución. 'Que queremos tener una categoría de merengue house, otra de hip hop, y otra de quién sabe qué'. ¿Y cuántos discos hay de cada uno de esos rubros? ¿Cinco, cuatro? ¿Y tendremos cinco álbumes y cinco nominados? Es una payasada. Mientras esas categorías no tengan el número de grabaciones suficientes para generar una categoría independiente por varios años, es muy difícil".