La banda se encuentra girando en estos momentos de la mano de tour "Zip Code".
AP
SANTIAGO.- Llevamos años esperándolos y, lo que es peor, siempre con un ruido que habla de una visita inmenente que debería concretarse en los meses venideros. La última de ellas, a inicios de este año, cuando la crisis económica y política de Argentina habría actuado como freno.
Pero lo cierto es que los Rolling Stones aún no llegan, y que su paso de febrero de 1995 por el Estadio Nacional (entonces promocionando su disco Voodoo Lounge) es hasta ahora el único que una de las bandas más importantes de la historia anota en nuestro país.
Aunque eso podría cambiar antes de fin de año. Porque una vez más las voces continentales que señalan que la banda regresaría se han acrecentado en las últimas semanas, y tanto en Chile como en Argentina y Uruguay, se ha hablado de octubre como el mes en que ello ocurriría.
Sin embargo, desde Perú precisan que el momento definitivo sería noviembre. De acuerdo con informaciones divulgadas recientemente por el sitio América Noticias, y replicadas por la totalidad de los medios peruanos, los hombres de "Satisfaction" se presentarían en Lima en una fecha concreta: El lunes 23 de ese mes.
De ser así, ése sería el período en que la banda insertaría el tramo sudamericano de su tour, por lo que el paso por Chile también debería situarse en el último tercio del penúltimo mes del año.
Como origen de la noticia, el sitio peruano citó a "fuentes muy cercanas" a la empresa que organiza el concierto, oficina que —afirman— debería hacer oficial el show en los próximos días, con salida de boletos a la venta.
En Chile, las coordenadas de anuncio deberían ser similares, para un evento que se espera se concrete en el Estadio Nacional, donde hace 20 años la banda se presentó ante 35 mil personas, cifra que en ese momento fue considerada un fracaso para un nombre de esa envergadura.
Sin embargo, la nueva realidad del mercado chileno de los "megaeventos" abre esperanzas de concretar ahora el anhelado lleno, al igual que la experiencia previa con Paul McCartney: En 1993, los organizadores de la visita del ex Beatles debieron recurrir a inusuales promociones para asegurar un aforo aceptable, mientras que en 2011 el recinto de Ñuñoa se repletó, pese a entradas que anotaron récord por onerosas.
Quizá haya sido un cierto efecto de "ahora o nunca" ante una leyenda que entra en el último tramo de su brillante historia, algo que, por cierto, también sucede en el caso de los Stones.