VALPARAISO.- Si el domingo Venezuela dio la sorpresa ante Colombia, lo de Bolivia en esta Copa América puede alcanzar un ribete de batacazo.
Y vaya qué golpe podrían dar los bolivianos, ya que con su victoria ante Ecuador y el empate de Chile con México, incluso aspiran a ganar el Grupo A y de paso dejar muy complicado al cuadro de Jorge Sampaoli.
Si los dirigidos por Mauricio Soria derrotan a Chile el viernes en el Estadio Nacional, volverán a la segunda fase del torneo tras 18 años y como líderes la zona.
Para quedar en este expectante escenario, la escuadra altiplánica ha demostrado un fútbol muy táctico, basado en el orden y que apuesta por la rapidez de su mediocampo.
En lo visto en el compromiso disputado en la Quinta Región, el conjunto boliviano se paró con un clásico 4-4-2. Pero lo de tradicional es sólo por el número, ya que los altiplánicos gozan de una pulcra y sorpresiva salida gracias al fútbol de Damián Lizio y el sueco naturalizado boliviano, Martin Smedberg.
Ambos fueron los principales agentes ofensivos ante Ecuador, metiendo tanto pases cortos como en profundidad para Ricardo Pedriel, quien con su velocidad y tenacidad para pelear pelotas podrían hacer pasar un mal rato a la defensa chilena.
Marcelo Martins, el otro integrante de la dupla de ataque, hace un constante trabajo físico yendo al choque con los zagueros, lo que permite dejar claros para los que vienen de más atrás.
Pero como todo elenco, Bolivia tiene debilidades: su retaguardia llega tarde a los cruces cuando el rival le lanza balonazos largos. En gran parte se explica por la lentitud de sus zagueros, Ronald Raldés y Edward Zenteno.
Además, por la franja izquierda el lateral Leonel Morales descuida mucho su sector cuando pasa al ataque, lo cual podría ser aprovechado por Mauricio Isla y Alexis Sánchez.
Pero Soria sabe de aquello y cuando se ve en dificultades durante un partido determina el ingreso de Cristian Coimbra, variando a un sistema táctico con cinco defensores, preferentemente sacrificando a un delantero para quedar con un 5-4-1.
De esta manera, Bolivia mete miedo e intentará imponer un ritmo que ya le dio un tinte histórico en el certamen y que podría también amargar y complicarle la vida al dueño de casa.
