TALCA.- Nuevamente una jornada de violencia empaña el fútbol chileno, esta vez en el duelo entre Rangers y Universidad de Chile por la Copa Chile.
Los graves incidentes que se vivieron en el estadio Fiscal de Talca obligaron a suspender el partido, en una tensa situación que no sólo se desarrolló en la tribuna.
También en el sector de camarines del cuadro azul se vivió un dramático momento. Tras los serios incidentes en la galería visitante, cuatro hinchas universitarios cayeron al pozo que divide al público de la cancha en el recinto de la Séptima región.
Y algunos de ellos fueron traslados al sector de vestuarios para ser rápidamente atendidos y uno de los casos más complicados quedó en manos del cuerpo técnico de la U.
Pero mientras los heridos eran asistidos sus familiares protagonizaban una tensa situación justo del camarín azul. Llegaron hasta ese sector, sin poder ser contenidos por los guardias privados, y entraron desesperados para saber de sus parientes.
Allí fue cuando Carabineros intervino para impedir su entrada. Eso dio vida a un fuerte enfrentamiento entre ambas partes, con manozatos, golpes e insultos.
Los gritos de desesperación eran cada vez más intensos y el llanto de sus amigos y familiares ponía el punto de preocupación. "Mi hermana está con su cara partida, su hijo sólo, por favor ayúdenla", se escuchaba.
Eran cerca de 10 hinchas que finalmente fueron sacados a la fuerza por la fuerza pública generando amenazas y golpeando a los efectivos. Además tras ser desalojados comenzaron a lanzar piedras hacia el interior del estadio.
Mientras todo transcurría un menor aguardaba al interior del vestuario por uno de sus familiares heridos. El pequeño estaba visiblemente afectado, tanto que jugadores azules llegaron a consolarlo. Entre ellos Patricio Rubio y Ricardo Guzmán Pereira.