El staff de Jaret Llewellyn, quien se quedó con la medalla de plata, alegó a los jueces por la repetición de dos saltos del especialista nacional.
Ante esto, tuvo que interceder el entrenador de Miranda, Tanneguy Benet, quien se acercó a los comisarios y al equipo norteamericano para explicar que el triunfo era válido.
Todo esto se originó luego que el coach se percatara inmediatamente que los últimos dos saltos de su dirigido habían sido con condiciones de viento adversa y muy contrarias a las que saltó Llewellyn.
Tras terminar sus tres intentos, los jueces decidieron darle la razón a Benet y ordenaron la repetición de los saltos, donde Miranda finalmente se coronó.
"Todos se dieron cuenta la diferencia de viento entre un competidor y otro. Se arriesga a cualquier deportista y gracias a Dios el esquí náutico es de mucho fair play. Fue otro competidor quien se acercó a mi entrenador y le dijo esto no es justo, y por suerte aceptaron", explicó el chileno.