KUALA LAMPUR.- Beijing organizará los Juegos Olímpicos de Invierno en 2022, tras imponerse a Almaty (Kazajistán) en la votación que el Comité Olímpico Internacional (COI) celebró este viernes en Kuala Lumpur, anunció el presidente del organismo Thomas Bach.
La capital china se convierte así en la primera ciudad en la historia olímpica en ser sede de los Juegos de Verano (lo fue en 2008) y de Invierno.
En una votación más igualada de lo previsto, en la que participaron los 85 miembros del COI con derecho a voto, Beijing se impuso a Almaty por 44 votos a 40 (más una abstención).
La capital china acogerá la 24ª edición de los Juegos de Invierno, que se disputaron por primera vez en la estación francesa de Chamonix en 1924.
La próxima edición se celebrará en la ciudad surcoreana de PyeongChang en 2018.
Anunciada como favorita, Beijing difundió en la última presentación de la candidatura ante los miembros del COI, este mismo viernes poco antes de la votación, un mensaje del presidente del gigante asiático Xi Jinpig en el que ofreció el "apoyo fuerte" del gobierno chino y prometió unos Juegos "fantásticos".
Pekín presentó una candidatura con un presupuesto muy bajo (3.006 millones de dólares) en comparación con 2008 y con una visión regional, encaminada a potenciar los deportes de invierno entre los "300 millones de personas que viven en el norte de China", según sus responsables.
La capital china podrá reciclar una parte de las instalaciones utilizadas en 2008, aunque no dispone de centros de alto nivel para las competiciones que se disputarán al aire libre.
En Beijin se disputarán las competiciones de hockey, patinaje artístico y de velocidad, pero se tendrán que construir dos instalaciones para las pruebas en el exterior: una en Yanqing (a 200km al norte de la capital) para el esquí alpino, el bobsleigh y el trineo) y otra en Zhangjiakou para el biatlón, el esquí de fondo y los saltos de esquí.
La comisión de evaluación del COI había destacado como principal inconveniente de la candidatura china la falta de nieve natural, que debía compensarse con la fabricación de ingentes cantidades de nueve artificial, lo que requiere un gran consumo de agua.