Vargas trabajó con Bonini en Santiago.
Archivo El Mercurio
SANTIAGO.- Días claves para definir su incierto futuro vivirá Eduardo Vargas, el goleador de la selección chilena.
A menos de dos semanas para el cierre del libro de pases en Europa, el oriundo de Renca viajó ayer a Italia a negociar con el Napoli, para que le permita emigrar nuevamente a préstamo.
Los celestes no lo quieren entre sus filas, pero tampoco están dispuestos a cederlo otra vez.
Por ahora manejaría dos ofertas. Una del Villarreal de España y otra del West Ham inglés, ambas como préstamo con opción de compra.
El ex equipo de Manuel Pellegrini y Matías Fernández ofrece US$ 1,6 millones por la cesión por una temporada, con una opción de compra que ronda los US$ 10 millones. Para los británicos, el préstamo de Vargas está tasado en US$ 1,7 millones y una opción de compra de US$ 11 millones.
Y para no estar tan atrasado en lo físico, Vargas trabajó en Chile durante 17 días bajo las órdenes del ex preparador físico de la "Roja", Luis Bonini.
"Hicimos un trabajo especial, para ponerlo en sintonía para el club al que vaya, porque al equipo que llegue va a estar en la post pretemporada, empezando los campeonatos", comentó el especialista a El Mercurio.
El ex ayudante de Bielsa agregó que "no te voy a decir que terminó físicamente diez puntos, pero sí concluyó esta mini pretemporadita y realmente estuvo muy bien. Recuperó valores, se puso en el peso, recuperó la parte aeróbica y trabajamos un poco la fuerza. Él venía de una lesión de rodilla y esas lesiones hay que trabajarlas permanentemente".