SANTIAGO.- Hay fechas que para los futbolistas son claves, recordadas, jamás olvidadas. De seguro para el francés Franck Ribery deben haber muchas, pero hay una que marcará un claro antes y después en su carrera: El 11 de marzo de 2015.
Ese día el delantero goleaba 7-0 con el Bayern Munich al Shaktar Donetsk en los octavos de final de la Liga de Campeones, lo que le entregaría a su equipo la clasificación a cuartos del torneo.
Pero para el galo la felicidad por el triunfo pasó a segundo plano. Una rebelde lesión a su tobillo derecho lo sacó del duelo a los 60' de partido.
Seis meses han pasado de aquella escena y la calma no llega al compañero de Arturo Vidal. Está viviendo una verdadera pesadilla, porque aún no puede volver a jugar y esto lo estaría llevando incluso a pensar en dejar el fútbol, aunque parece mentalizado en seguir luchando.
"Esta lesión me pone nervioso, es una catástrofe. Tengo todo lo que puedo desear, pero no me siento un hombre libre. Solo pienso en mi pie. Quiero correr y no puedo", decía hace algún tiempo el futbolista de 32 años.
Y este viernes en entrevista con el diario Bild de Alemania volvió a hablar del tema que lo tiene mirando de otra manera el futuro. "Nadie puede imaginar lo difícil que es mi situación. Hago todo lo que
puedo, pero el dolor no cesa. Es complicado y agotador para mí", contó.
El problema de Ribery es crónico, tanto que incluso su diagnóstico oficial ha sido reservado por parte del club bávaro, que sólo ha declarado que "la recuperación no ha sido la esperada".
El elegido mejor jugador de Europa en 2013 tiene hoy un contrato vigente con el Bayern Munich hasta junio del 2017, aunque no está claro que vaya a cumplirlo.