SANTIAGO.- "En el hotel del CAR tenemos filtraciones en prácticamente todas las habitaciones, hacinamiento de deportistas, atletas paralímpicos sin habitaciones adaptadas. Además, el hotel no da abasto a la demanda de deportistas destacados de regiones", así de duro fue el reclamo de los atletas chilenos luego de saber que el Gobierno se había comprometido a aportar económicamente a un nuevo complejo para la selección de fútbol.
El mismo día en que la Presidente Bachelet, tras la Copa América, prometió ayuda para construir el nuevo Juan Pinto Durán, los deportistas sacaron la voz para alegar por lo que creían injusto.
¿Pero cuánto hay de verdad en las malas condiciones en las que viven en el hotel del CAR? Emol hizo un recorrido por las instalaciones del recinto con el fin de dar esta respuesta. (
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De partida hay que aclarar que todos los que residen acceden a este beneficio de manera gratuita. Aquí pueden hospedarse solamente aquellos atletas que sean seleccionados de disciplinas olímpicas, que residan fuera de Santiago y que tengan una beca Proddar. También los deportistas que sus respectivas federaciones soliciten que sean recibidos.
La residencia tiene 45 habitaciones. Unas individuales, otras dobles, triple y hasta para cuatro personas. La gran mayoría están en perfecto estado. Con camas a las que se le cambian las sábanas constantemente, con las comodidades necesarias para poder alojar. Todas cuentan con sistema de calefacción y baños con ducha.
Eso sí, hay otras que están clausuradas. Problemas de filtraciones en las duchas o reparaciones pendientes han hecho que el número de habitaciones por ahora no esté disponible en su total capacidad.
"Tenemos deficiencias en los baños de la residencia. Algunas filtraciones, por lo que vamos a cambiar los cubículos y pondremos showerdoor. Modernizar los ascensores y hay un proyecto para construir otra ala destinada a los deportistas paralímpicos para que así puedan tener sus instalaciones adhoc", reconoce Jaime Guadalupe, director del CAR.
También los deportistas tienen sus restricciones. Por ejemplo, no pueden estar en una misma habitación hombres con mujeres. Tampoco pueden hacer ingreso pasadas las 23 horas, ni mucho menos ingerir alcohol en las dependencias.
Uno de los beneficios que más aplauden los atletas es la comida que se sirve en el casino. Diariamente cuentan con cerca de 400 raciones distribuidas en desayuno, almuerzo, una colación y por último la cena. Cada deportista tiene su propia dieta previa consulta a un nutricionista.
Abundante carne y carbohidratos se les sirven a los comensales en las dependencias. Todo supervisado por personal especializado.
También tienen espacios comunes para compartir. Un taca taca, una mesa de pool, salas de estar con televisión. En las afueras hay una piscina de uso recreativo que funciona de diciembre a marzo. Al lado de ella, un quincho para los que deseen compartir un asado. Si bien los asientos no están en las mejores condiciones no hay impedimento para que se pueda utilizar.
Como una forma de ayudar a los deportistas que no pueden terminar sus estudios, el CAR les proporciona clases particulares. Hay salas especialmente habilitadas para que los atletas puedan culminar su enseñanza.
Los 17 años de funcionamiento de la Residencia no pasan en vano. Algunas grietas en las paredes han sido provocadas por el paso del tiempo y sobre todo como consecuencia del terremoto del 2010.
Así, la residencia del CAR ya se prepara para su tercera remodelación. Con 194 millones de pesos comprometidos por el Gobierno esperan mejorar todas las deficiencias que presenta el recinto y de esta forma recibir de mejor manera a los atletas que día a día llegan en busca de alojamiento y comodidades.