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Racquetball y Fórmula 1: La historia familiar del navegante más experimentado del Rally Mobil

La vida de Christian Troncoso no sólo gira en torno a la prueba motor, también tiene un hijo que es número uno de Chile en otro deporte.

18 de Octubre de 2015 | 11:32 | Por Fabrizio Belmar, enviado especial a Rancagua
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Christian Troncoso con su hijo Francisco, número uno del racquetball en Chile.

Prensa racquetball
RANCAGUA.- Cuando comienza el Rally Mobil, el ensordecedor rugido de los motores se expande por todo Rancagua, lugar donde se disputa la sexta fecha de la competencia. Sin embargo, hay algunos participantes de la carrera que no sólo dedican su vida a las "tuercas".

Pese a que el experimentado navegante Christian Troncoso, quien corre al lado del piloto Franco Illino, es quien suma más años de trayectoria como copiloto –él asegura que muchos de los actuales pilotos y navegantes en la competencia fueron sus alumnos-, no todo en su vida gira en torno a los autos.

"Cuando ya llevaba algunos años en el mundo del rally, conocí a gente que me mostró el racquetball. Fue ahí que comencé a practicarlo, jugué harto tiempo”, señala a Emol el navegante, quien de hecho practica esta disciplina junto a su piloto, Illino.

Sin embargo, su afición a este deporte no es la única ligazón que tiene con él. Como muchas tradiciones familiares, Troncoso le traspasó el gusto por este deporte a su hijo Francisco, quien a la fecha se ha convertido en el exponente número uno del racquetball en Chile. “Ahora él vive en Estados Unidos y está entre 15 o 20 del mundo. La pasión del racquetball se la traspasé a mi hijo”, comenta orgulloso.

Y aunque este aspecto de su vida es importante, los motores y los autos nunca quedan de lado. En su familia siguen con la tradición con el deporte motor, llegando a la máxima vitrina del automovilismo a nivel mundial.

"A mi hija le traspasé la pasión del rally. Ella fue navegante, hizo muchos cursos. Después se fue a estudiar a Estados Unidos, y por cosas del amor a Inglaterra. Allá postuló a un trabajo y, casi sin quererlo, terminó trabajando en el área de recursos humanos del equipo de Mercedes Benz, de la Fórmula 1”, revela Troncoso.

Pero, a pesar del lugar privilegiado que alcanzó su hija, aún tienen una deuda pendiente: Correr juntos. “Siempre quisimos correr juntos, por eso ella hizo los cursos de navegante. Pero por diversos motivos no se ha podido concretar. Esperamos poder hacerlo algún día”, confesó el navegante.
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